20 de abril de 2008

¿Y el error donde está?

Es lo que se preguntan, desde que comenzó el año, en la escudería Renault. Según reconoció el jefe de ingeniería Pat Symonds, en el R28 no hay un defecto concreto que explique su falta de prestaciones.
¿Qué significa? Que todo salió más o menos como se esperaba en la construcción del rombo. Que no había ningún defecto en su concepción básica, como si había ocurrido con el R27, mal calibrado en el túnel del viento.
Por tanto, si todo salió tal lo previsto y en Renault esperaban un auto competitivo (ese que le mostraron en los planos a Alonso a mitad del año pasado para convencerlo de que volviera) ¿el error donde está? Pues ni siquiera Symonds lo sabe...
"Las primeras verificaciones ya decían que no había nada mal, sino que necesitaba más eficiencia aerodinámica, que podría irse mejorando poco a poco. Nada aparte de eso. No hay nada a lo que echarle la culpa. Simplemente no hemos alcanzado los niveles para estar en cabeza", se lo escuchaba lamentar al máximo responsable técnico de Enstone.
¿Se quedaron cortos? ¿Pensaron que alcanzaba? ¿O les faltó un pelin como sabe decir Fernando? Aunque más que pelin, diríamos un pelón.
Pues bien, les faltó mucho y es por ello que en estos últimos ensayos de Barcelona y de cara a la carrera de Fernando en casa, Renault se ha impuesto un esfuerzo pocas veces visto en el desarrollo de sus coches, para que de una vez por todas se puedan acercar a los de arriba.
Aunque será muy difícil. Renault dio muestras de haber avanzado, pero hay otros diez equipos que también mejoran. Bueno... nueve, descartemos a Super Aguri que no probó nada en todo lo que va del año. Nada hacer prever hasta el momento que Ferrari McLaren y BMW se hayan estancado. Por lo que ver al español en el podio suena más a milagro que a un objetivo.

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