30 de marzo de 2015

Que no cunda el pánico, que no nos tape la emoción


La F1 tiene esto… extremos. De una carrera a otra los aficionados solemos dar un giro de 180 grados en cuanto a opinión. Hace dos semanas el mundial ya estaba terminado, sacábamos pancartas reclamando liberación de los motores (quien le escribe se ponía la camiseta de Red Bull sumándome a su pedido de un replanteo de normas ante su amenaza de dejar el mundial) y ayer apenas me percaté que al niño que habían dejado de mimar les estaba sacando una vuelta. Es más… hasta lo festejé.

La F1 tiene esto, carreras que abren un paréntesis, sensaciones de un oasis entre tanto aburrimiento, pero no debemos olvidarnos que estamos en medio de un oasis que puede terminar rápidamente en China.

En Australia, mucha gente dijo que íbamos a ganar todas las carreras de esta temporada. Ahora estamos hablando del ‘fin de una era. La Fórmula 1 es un poco extrema a veces, ¿no? ”, se preguntaba Wolff.

Al tiempo que Maurizio Arrivabene desde Ferrari llamaba a mantener los pies en el suelo. Y Sebastian Vettel a no olvidar que la brecha entre ellos y Mercedes sigue existiendo. “Tenemos que ser realistas. Mercedes se había labrado un gran hueco y eso se vio en los test de invierno y en la primera carrera, eso no se ha evaporado. Nuestro objetivo tiene que ser que el espacio entre ellos y nosotros se haga cada vez más pequeño, ya que la distancia seguirá estando ahí”, recordó el tetracampeón.

¿Qué quiero demostrar con esto? Que los aficionados tenemos que poner muchas veces un freno a nuestras ilusiones de la misma manera que a nuestro pesimismo. Si en Australia la diferencia era de ocho décimas y en Malasia fue de tres no es porque Ferrari haya reducido medio segundo milagrosamente, sino porque Sepang siempre ofrece un parámetro más real que Albert Park.

Creo que la ventaja de tres décimas que tuvo Mercedes durante todo el fin de semana  hasta la carrera es la que vamos a ver en la media de todos los circuitos, o al menos hasta que lleguemos a Europa. Puede que Mercedes la amplíe o Ferrari la haga desaparecer, pero ni en Mercedes cunde el pánico ni en Ferrari la ilusión por el campeonato.

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