26 de febrero de 2015

No se fían de McLaren

La Federación Internacional del Automovilismo ha decidido abrir una investigación en conjunto con la escudería de Woking a fin de establecer los motivos por el cual el español Fernando Alonso terminó inconsciente, internado durante tres días, tras haberse pegado contra un muro interno a baja velocidad tras transitar una curva que demanda la salida del coche hacia afuera.

Las explicaciones que ha dado el equipo hasta el momento no convencen a nadie, ni al más ingenuo. Por ello considero que la manera que ha tenido la FIA de intervenir en esta situación es inteligente. Sin necesidad de forzar cualquier instancia, la Federación prefiere trabajar en conjunto con la escudería, sirviéndose de la telemetría y de lo grabado por las cámaras del Circuit de Montmeló.

Seguramente más de uno habrá criticado el tiempo que tardó la FIA en iniciar esta investigación, pero hay que tener en cuenta que los entrenamientos de pretemporada son privados, están organizadas por los equipos en vez de por este organismo, por lo que la Federación no revisa automáticamente todos los incidentes que ocurren durante los test, razón por la cual debe contar con la cooperación de los demás.

Vamos a observar muy cuidadosamente lo que pasó. Queremos saber lo que ocurrió, así que vamos a reunir toda la información que podamos y también a cooperar por completo con McLaren”, aseguraba en un comunicado la FIA.

Sólo dos testigos y las cámaras
Hay dos testigos directos de lo que sucedió. Uno es Jordi Vidal, el fotógrafo que captó para MARCA la secuencia y Sebastian Vettel. Ninguno de ellos observa un severo golpe del coche contra la pared, tampoco un descontrol del coche, sino un movimiento suave e intencionado de apartarse por parte de Alonso.

Pero luego está el vídeo interno del Circuit, en el que parece que tampoco se aprecia un primer rebote del coche en el muro, como dice la simulación sin base que circula por internet. Mucho menos que pise el astroturf (hierba artificial) del lado izquierdo en la salida de la curva 3 y que eso le encarase hacia la pared de la derecha. No llegó ni a tocar el piano de la izquierda.

Los datos más fiables que circulan hablan de 31,5 G de impacto contra el muro, durante 54 milésimas de segundo. No es una gran cifra, comparada con otros accidentes, pero en este tipo de hechos no hay una tabla comparativa ni una correlación matemática de intensidad-efecto. No es la primera vez que un golpe aparentemente normal acaba en lesión o que una entrada intrascendente a un futbolista se traduce en una retirada de los campos.

No es el caso para Alonso, por supuesto. La casualidad, el ángulo de impacto o cualquier dato nimio puede cambiar el grado en el que la cabeza, la columna o cualquier otra parte del cuerpo se puedan dañar. Afortunadamente, aunque tarde unos días más en regresar, parece que para el bicampeón del mundo no habrá consecuencias en el futuro.

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