3 de noviembre de 2007

Y una tarde Alonso se fue

Y sí, no daba para más, era cuestión de tiempo, de muy poco tiempo. Es que la relación entre el español y el viejo inglés tenía certificado de defunción, como una enfermedad terminante vio… y no había vuelta atrás. Corrió mucha sangre debajo del puente, se acusaron muchas cosas, como para volver a empezar y hacer de cuenta que nada pasó.
Ni siquiera su sueño de niño de querer pilotar una flecha de plata le permitió al asturiano seguir. Ni siquiera la posibilidad de volver a luchar bien arriba, de revalidar una lucha vibrante entre compañeros de equipos, le permitió al viejo Ron mantenerlo en sus filas. Dejarlo así era el mejor resultado para los dos y como no lo habían hecho a lo largo de casi todo el tiempo, por fin una vez en algo coincidieron.
Fernando Alonso y McLaren Mercedes se dijeron adiós. Sin rencores de por medio, ni plata, ni rescisiones estúpidas que ataran sus libertades. Fue el resultado de una reunión mantenida y esperada entre ambas partes, fue tan rápido como previsible, fue una salida tan simple como turbulenta había sido la temporada, la primera de un contrato que se había firmado por tres años.
“Esta salida del equipo de mutuo acuerdo no ha sido discutida hasta ahora, ya que cualquier tipo de negociación en ese sentido podría haber afectado seriamente al rendimiento del equipo y de Fernando en el Campeonato del Mundo de F1 2007. Ambas partes creen que se ha tomado la decisión más acertada”, señalaba el comunicado emitido por la escudería de Woking.
“Es un gran piloto, pero por alguna razón la combinación McLaren Mercedes y Fernando no ha llegado a funcionar”, se excusaba por su parte Ron Dennis.
Cada uno sabe sus razones, habrá que buscarlas en Hungría donde McLaren protegió a Lewis Hamilton, o habrá que encontrarlas en el faltazo de Alonso durante la presentación de McLaren en París cuando enfrentó la sanción más abultada de la historia.
“Continúo pensando que McLaren es un gran equipo, sé que ha habido insinuaciones de posible favoritismo dentro del equipo, pero al final siempre he tenido igualdad de trato”, fueron las aclaraciones de despedida del asturiano.
No es que descrea de Alonso, tampoco de Ron, pero… ¿Igualdad de trato? ¿Por alguna razón no funcionó? Ingenuo dejé de ser para algunas cosas, prefiero continuar pensando en lo que me ha mostrado la temporada. Igualmente gracias, porque el culebrón fue impresionante, de la talla que se necesita, para no acordarse a menudo que hace un año corría una tal Michael Schumacher.

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