2 de octubre de 2015

A Rosberg le faltó potencia de salida… y carácter


Escuchaba atentamente en el último podcast de F1LAT las observaciones de Enrique Scalabroni  en relación al último GP de Japón y cuando llego el momento de analizar la largada y las dos primeras curvas entre Hamilton y Rosberg fue contundente: si era Keke, el que se iba afuera era Lewis.

Dos problemas tiene Nico esta temporada. La fiabilidad (los pocos fallos que está mostrando Mercedes, a excepción de Hamilton en Singapur, aparecen en el auto del germano) y su obediencia.

“En Mercedes tenemos unas reglas y yo me comporté. Tenemos unas reglas preestablecidas por el equipo sobre cómo tenemos que comportarnos en los duelos entre nosotros. Yo me comporté conforme a eso”, escribió en su columna para el diario 'Bild'.

Pero hay que avisarle a Rosberg que el título de campeón del Fair Play con su compañero no paga como el título de campeón del mundo. Y que no sólo está dejando pasar la oportunidad de su vida sino que está rifando su futuro. Ya que difícilmente vuelva a tener entre sus manos un coche tan dominador y superior al de sus rivales. Y sobre todas las cosas, difícilmente vuelva a ser valorado por otra escudería que quiera pelear por el título.

A Nico no sólo se le escapa la tortuga en la largada, también se le está yendo el tiempo, ya no es una joven promesa, ya no es el Nico de Williams que pintaba para ser campeón del mundo, es el presente y en este presente nos está demostrando que está siendo cacheteado una y otra vez por su compañero. Y que está más para ser el futuro Felipe que hoy vemos en Williams. Rápido, sí, pero incapaz de llevar un equipo a lo más alto del podio sino se le da todo a favor.

La velocidad está ahí, la hace valer, porque Hamilton no la tiene fácil, no es que haya logrado todo lo que logró sin despeinarse. A lo tremendo velocista que es el negro ha tenido que sacar unas décimas más para dejar a raya a su compañero. Pero su carácter le simplifica las cosas luego en carrera. Porque si no larga adelante, sabe que lo supera con la moral.

Como pasó en Japón. Donde le ganó por picante, consciente de que su compañero es correctamente político, de manual. Le puso el auto por dentro, lo dejo sin espacio y le tiro la decisión de tener que definir en una milésima si se iban los dos afuera, o seguía las instrucciones de su equipo. A fin de cuentas, los dos afuera, con una carrera menos y los ojos en el alemán, el que salía ganando era el británico. Lewis no pensó, actuó, lo ejecutó y ahí está la principal diferencia más que en la velocidad.

“Salí bien pero justo antes de la primera curva Lewis estaba de repente a mi lado. Mis ingenieros me contaron después que, comparado con Lewis, mi motor tuvo menos potencia por sobrecalentamiento. Sé lo que la gente está diciendo, cosas como que soy demasiado blando. Pero tenemos esas normas en el equipo que tenemos que obedecer cuando estamos luchando. Así que me comporté como debía, ya que una colisión hubiera significado cero puntos para el equipo”, escribió Rosberg en su última columna para el diario Bild.

Al respecto, una observación que ha realizado Alain Prost creo que da justo en la tecla “Para mí, hay un Rosberg antes de Spa y otro después. Nunca se recuperó de eso, prácticamente se convirtió en el piloto número 2”, dijo para la cadena francesa Canal Plus.

Y si, Nico piensa mucho en los pasos que va a dar cuando tiene que batir a su compañero. Con los demás no tiene reparos, pero llega a la cola del moreno y su moral se pone en modo de pitlane… no se si me explicó… Nico no entiende que ser agresivo no es ser desleal y la lealtad viene con Nico desde su enseñanza. Así será recordado como una gran persona, pero no como un gran piloto.

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