Durante el transcurso de
la semana el presidente de la FIA, Jean Todt, reconoció que al poner en vigencia la
introducción de los nuevos motores V6 híbridos cometieron el error de no fijarles
a los fabricantes un límite de costo para su venta.
Hoy esas
unidades de potencia ofrecidas por Mercedes, Ferrari y Renault cuestan 30
millones de euros para quien las quiera y cuando uno escucha a Toto Wolff en
representación de los motoristas decir que "Nuestros clientes esperan tener motores lo más
competitivos posible, y eso a nosotros nos cuesta dinero y esfuerzo. Nadie se ha interesado por cómo nos
recuperamos de ese gasto o ver la forma de ayudarnos”, desaparecen los ánimos de
apuntarlos como los culpables de esta crisis económica que afrontan los equipos
privados.
“Creo que es legítimo que la FIA intente convencernos de
reducir el precio,
porque eso es
bueno para que los equipos pequeños ajusten bien sus presupuestos. Pero del lado de los fabricantes de motores
hemos cumplido con las nuevas reglas, hemos desarrollado los nuevos motores
porque habíamos llegado a un acuerdo en el que también estaban en juego nuestros ingresos. Nosotros hemos perdido dinero en ese
acuerdo. Y la cuestión es: ¿Cuánto más perderemos si seguimos subvencionando
motores?”, puntualizaba, ante la presión de Todt que ahora quiere meter en
carrera un fabricante independiente que sea capaz de ofrecer un motor
competitivo que no cueste más que once millones de euros.
Pero lejos de aceptar este
número, el de Mercedes si dejo en claro que por el beneficio de la Fórmula 1 deben tener
una conversación. “Nos esforzamos para obtener algo a
cambio, no puedes esperar que nadie sea
caritativo con su trabajo. Pero
aun así creo que podemos llegar a algún acuerdo, aunque sea por el deporte”,
sentenciaba.
La lectura de todo esto es que Todt está empezando a reconocer que el error más importante que cometió no fue el no marcarles un limite en el precio, sino darle el poder y la libertad para que hicieran lo que quisieran. Y hoy lo que reclaman los motoristas es justo. Como bien lo ejemplificó Maurizio Arrivabene durante la conferencia de prensa del viernes previo al GP de Estados Unidos cuando explicó los motivos del veto de Ferrari al deseo de bajar los precios.
La lectura de todo esto es que Todt está empezando a reconocer que el error más importante que cometió no fue el no marcarles un limite en el precio, sino darle el poder y la libertad para que hicieran lo que quisieran. Y hoy lo que reclaman los motoristas es justo. Como bien lo ejemplificó Maurizio Arrivabene durante la conferencia de prensa del viernes previo al GP de Estados Unidos cuando explicó los motivos del veto de Ferrari al deseo de bajar los precios.
"Ejercitamos nuestro
derecho de veto por el cumplimiento de nuestro derecho comercial legítimo para
hacer negocios como fabricante de motores ¿Por qué tenemos que justificarlo más que eso? Si alguien te pide que hagas una manzana con
una cierta especificación y lo haces pero luego te quieren imponer el precio de
esa manzana, ¿qué harías?".
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