El piloto alemán se quedó con la
victoria en el GP de Brasil por segundo año consecutivo, siendo además su
segunda victoria al hilo. Tan implacable estuvo, que Lewis Hamilton, quien
terminó segundo, intentó contrarrestarla con excusas, acusando al equipo que no
le permitió cambiar la estrategia
Nico no cometió errores, la gano
desde la largada hasta el final sin darle el mínimo espacio al moreno, quien al
no tener posibilidades se pasó toda la carrera pidiéndole a su equipo que le
dejara hacer una estrategia diferente.
Pero Mercedes mantuvo la política
que tuvo todo el año, respetar la estrategia de carrera prestablecida que le da
la prioridad a aquel que llega líder a la primera curva, para no poner en juego
el resultado del equipo ante la amenaza que supone Ferrari en cada carrera y con
este dictamen Lewis se tuvo que resignar.
Como también se tuvo que resignar
Sebastian Vettel, que lejos de tomar el tercer puesto como una derrota, antes
nada que hacer con los Mercedes, festejó el último escalón burlando el
protocolo, llevándose consigo el casco al podio para dedicárselo a su equipo.
Para Ferrari significa el mejor
resultado posible, ya que se completa
con Kimi Raikkonen llegando en el cuarto lugar, siendo las dos Ferrari las únicas
que no terminaron doblegadas por las flechas de plata, realizando el finlandés una
carrera por primera vez en mucho tiempo, limpia, sin errores, al estilo Kimi:
pasando desapercibido.
Como será que estuvo de prolijo
Iceman, que en la quinta posición acabó Valtteri Bottas y nunca se encontraron
en toda la carrera más que en la largada, cada uno navegando con una diferente
estrategia, quedando ambos por delante de Nico Hulkenberg que terminó sexto
salvando esta vez los puntos para Force India. Ya que Checo Pérez llegó lejos
del top-ten: decimotercero.
Otro que salvo los puntos para su
escudería fue Daniil Kvyat, terminando en la séptima colocación, logrando lo
que no pudo Daniel Ricciardo, quien acabó decimosegundo. En tanto que Felipe
Massa quedó octavo pero está pendiente de sanción por una medida de presión en
sus neumáticos incorrecta, detectada antes de la largada. Lo que podría
beneficiar a Romain Grosjean y Max Verstappen quienes completaron los diez primeros
y también a Pastor Maldonado que se quedó a la puerta de los puntos en la
undécima posición.
Fue una carrera chata, aburrida, en
la que los únicos destellos de emoción los aportó nuevamente el joven Max,
quien con 18 años apenas cumplidos demostró con su Toro Rosso motor Renault, en
las S de Senna, que se puede sobrepasar al coche que se tiene adelante, superando
magistralmente a Checo Pérez y a Pastor Maldonado, dos que aceleran con un
motor Mercedes.
Se fue el penúltimo Gran Premio
de la temporada y me deja una reflexión. Durante las dos últimas semanas
Hamilton hizo campaña demagógica con la figura de Senna… que era su ídolo, que
cada vez que estaba en Interlagos sentía la presencia de Senna. Tildo a Michael
Schumacher de un campeón sucio, se jacto de que el ganó sus tres campeonatos
como lo hizo Ayrton, pinto la parte trasera de su casco como el de Ayrton, pero
se olvidó de clasificar como Ayrton y de correr como Ayrton, buscando después
excusas que nunca se le hubieren ocurrido al mítico brasileño. Mientras que
paralelamente, un muchachito de 18 años, con un motor mucho más débil, un auto
que pasa desapercibido, hizo dos sobrepasos al estilo Ayrton, paradójicamente en
la curva de la S de “Senna”… y vaya casualidad ¿no? Porque estoy hablando del
mismo chico que vienen avisando (y está confirmando) que es el próximo Ayrton.
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