Tarde se dio cuenta… ahora que
no lo tiene. Lecciones de vida le está dando la F1 a la escudería Red Bull que
alcanzó el éxito rápidamente, antes de haber conocido la miseria en la máxima categoría
del automovilismo mundial.
Si repasamos su inicio, su
corta historia, damos cuenta que la marca de la bebida energizante probo las
mieles del éxito muy rápido. Red Bull tuvo su primer podio de F1 en Mónaco del
2006, es decir al año siguiente.
2007 y 2008 fueron de
preparación y en 2009 con el ascenso de Sebastian Vettel lograron su primera
victoria en el GP de China de ese año, repitieron en cuatro ocasiones y todas
las veces con doblete. Tamaño hándicap para un primer año de triunfos, que marcaría
el comienzo de la era Red Bull acaparando todos los títulos de 2010 a 2013,
cuyo dominio desapareció junto con los motores aspirados V8.
Entonces comenzó la era de
los híbridos y Red Bull sintió el golpe en el hígado porque Renault, su
motorista, paso de ser el motor más equilibrado y respetado a uno totalmente
desconfiable, hasta el punto que generó la ruptura de las relaciones y que el
equipo saliera desesperado a buscar un motor sin tener un plan ‘B’,
encontrándose justamente con esta realidad: que la F1 necesita un motorista
independiente.
Porque… claro… Mercedes no
le quiere dar su motor, Ferrari tampoco y Honda tiene intenciones pero su
relación contractual con McLaren no lo deja y sus motivos son más que claros.
Entonces de que se dio cuenta el equipo austriaco: de que es necesaria la
existencia de una marca que de motores competitivos a aquellas escuderías que
no quieran afrontar la obligación de tener un socio técnico que le imponga sus
condiciones. Algo así como Cosworth, pero no con la debilidad que le conocimos
en las últimas décadas, sino con la potencia que los llevo a grabar a fuego su
nombre en la década del 70.
De esta manera Red Bull estaría
consiguiendo un motor competitivo y escuderías como Sauber un motor más barato,
porque de esta manera, con un proveedor de unidades de potencia totalmente
independiente, Renault, Ferrari y Mercedes se verían obligados a bajar sus
precios de entrega.
Podría ser Cosworth, o podría
ser Illmor, siendo que uno de sus fundadores Mario Illien, estuvo estudiando
estas nuevas unidades de potencia cuando colaboro con Renault a principios del
año.
“Quizá ellos (los equipos
pequeños) no estarán aquí en 2017 si se mantiene el precio de los motores
actuales. Pero cuando han estado quejándose sobre el precio y el coste, y
entonces la primera cosa que surge ofrece una significante reducción, estaría
sorprendido si los equipos no la tomaran”, confiaba el británico Christian
Horner, director deportivo de Red Bull.
“Estoy seguro que si hay
suficiente voluntad y suficientes equipos que están luchando financieramente, si puedes gastar unos 18 millones de euros de presupuesto en tu
chasis y motor, entonces es una obviedad”, comenta en Motorsport.com.
“Creo que es crucial. Como
estamos demostrando con toda claridad, no hay ninguna regulación que indique
que los proveedores de motores tengan que suministrar, y mucho menos a un
precio competitivo. Un motor independiente para el futuro de la
Fórmula 1 es una obviedad para nosotros. Si no puede conseguir motores en ningún lado no puedes
correr. Para la Fórmula 1 es importante tener un motor económico competitivo, y
si no puede ser el motor actual entonces es necesario que haya otro motor”,
concluyó Horner.
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