La confirmación de Williams por Bruno Senna, no sólo ha confirmado el año de transición de Adrian Sutil y la despedida de la F1 de Rubens Barrichello, sino también que sólo queda una butaca disponible en el mercado, casualmente en la escudería con menos recursos.
Es por ello que el segundo asiento junto a Pedro de la Rosa se vende al mejor postor. La base es de 6 millones, y a partir de ahí, cuanto más mejor. No importa quien sea mejor, sino quien recaude más dinero.
Cuentan que el holandés Giedo van der Garde es el mejor colocado, pues cuenta con el apoyo desmedido de la firma McGregor, propiedad de su suegro Marcel Boekhoorn. Pero la lista de aspirantes es larga.
Claro que la realidad duele. Porque cuesta entender que Adrian Sutil, con la gran temporada que ha tenido, se haya quedado a pie. Que en su mejor momento de vitalidad, Rubens Barrichello haya encontró un tope. Y de pronto perdamos dos apellidos importantes para que llegue otro de menor porte sólo porque su maletín esta lleno de dinero en vez de experiencia.
“En la F1 actual prima más el dinero que el talento, y no debería ser así”, se quejaba hace unos días Felipe Massa. Pero lamentablemente, es la ley que tristemente gobierna.
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