El hombre no habla nunca,
pero cuando sus cuerdas vocales emiten sonido, sus frases nunca quedan en el
olvido. Los teamradio de Kimi Raikkonen son pocos, pero quedan grabados para
siempre. El finlandés al volante tiene pocas pulgas pero le pone toda la
pimienta y la verdad que con el teamradio de ayer ha dado en el blanco del
orgullo de muchos.
Al “déjenme en paz, sé muy bien lo que tengo
que hacer” y “Sí sí sí sí, no tienen que recordármelo en cada sector”, ahora
hay que sumar el “Quitenme a ese McLaren de en medio”, que ha dado en el blanco
del orgullo de los alonsistas, pues… el finés se estaba refiriendo nada más ni
nada menos que al McLaren Nº 14, el de su ex compañero.
Claro que los españoles no tardaron en
mostrar sus heridas y recordaron rápidamente que Alonso el año
pasado con el mismo coche le paso el trapo y que en este mismo circuito de
Shanghái el finlandés había llegado a 53 segundos del asturiano. Pero en el
2014 Kimi disfrutaba más de la pesca que de la Ferrari que tenía entre manos.
La verdad duele y la realidad arde,
y la realidad es que hoy Fernando Alonso y buena parte de la parcialidad española está
viviendo momentos de mucha gastritis, producto de que el ‘nano’ está pasando
por el peor momento de su carrera en F1. Verlo conformarse con terminar la
carrera cual piloto de Manor GP, arrastrarse por la pista como cual escollo
supo dejar de lado cuando alguna vez se quejó de los Caterham, Marussia,
Hispania y Minardi (sí, porque también supo quejarse de algún Minardi por allá
en 2005 cuando gozaba de buena salud con Renault).
Podría haber dicho “quítame ese
Manor de encima”, pero era un McLaren el que se arrastraba por la pista. Ahora entiendo porque Alonso cuando despertó
del accidente se presentó como piloto de Minardi con el sueño de ser campeón de
F1. No era que había perdido la memoria, era su karma que se estaba por
efectivizar.
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