La siguiente narración es de Marco Canseco, un periodista español que esta cubriendo la final del mundial para el diario MARCA. No he querido cambiarle ni siquiera un acento, para dejarle la esencia que se respiraba en Interlagos antes de comenzar los entrenamientos. Con ustedes el relato….
En el box de Red Bull no sonaba la música, como es habitual. En la pequeña abertura que queda entre dos paneles azules, dos columnas de neumáticos tapaban por completo hasta el último resquicio para poder ver algo en el interior. Una pulidora sonaba como retocando algún detalle en una pieza de fibra de carbono. El rendimiento para ellos está claro, como en las últimas carreras. La lluvia es casi lo único que les preocupa a estas horas.
En Ferrari el ambiente es parecido. Seriedad total y concentración. Son conscientes de que este gran premio no es uno más. Alineados en la entrada hay dos juegos de alerones delanteros. En unos vienen las branquias del endplate lateral en forma de mariposa, fue el que estrenaron en Abu Dabi. En el otro, los huecos son más grandes y en ascenso, el que incorporaron en India. Aquí ya no habrá nada nuevo y en los libres de mañana todo se reducirá a ir intercambiando piezas para encontrar el mejor equilibrio posible.
La lluvia también interesa en el box italiano y se trabaja desde ya en la hipótesis de una carrera en mojado. Pero no es tan sencillo. El sábado podría darse una calificación completa en seco y una posición de salida muy retrasada tampoco es una buena noticia si el asfalto está poco practicable. En realidad, hay muy poco que reglar para una cosa o la otra en estos tiempos. Quizá las suspensiones y un poco de la altura del coche al suelo. Por eso se paran las carreras en cuanto cae agua de forma intensa, porque los coches no se tienen en la pista al estar siempre calibrados para seco y al no poderse tocar nada entre el sábado y el domingo.
“No creo que la pista condicione el resultado. Red Bull está fuerte en todos lados, y lo será en Interlagos, aunque la F1 es extraña, pasan cosas y lo importante es que nos pille preparados”, señaló ayer Fernando Alonso recién llegado a Sao Paulo.
“Sólo podemos ser perfectos”, avisaba antes de rodar otro anuncio con un patrocinador del equipo en la megalópolis brasileña. “Creo que estamos más tranquilos que ellos, porque tenemos poco que perder y mucho que ganar, justo al contrario que Red Bull. Solo espero que el resultado sea parecido al de 2010, que salió favorable al que venía por detrás”, dice.
Los hombres de rojo confían en que no se repitan los severos problemas de agarre y de calentamiento de neumáticos que sufrieron en Austin. Según ha sabido MARCA, parece ser que llegaron con un alerón trasero con mucha menos carga de la que era necesaria para las condiciones de la pista tejana. Así era imposible calentar las gomas y para cuando lo hacían, el mejor rendimiento del caucho ya se había evaporado. No prepararon bien la carrera en un escenario nuevo.
Brasil es diferente. Los datos son conocidos por todos los equipos y habrá mejor hueco a la sorpresa en cuanto a los reglajes. El circuito de Interlagos fue reasfaltado hace dos años en sus curvas más conflictivas. Se tiró un material poroso, que drenara bien el agua y no creara los pequeños arroyos que eran visibles al final de la S de Senna.
Por cierto, la mítica doble curva que da inicio al trazado de Sao Paulo ha sido ligeramente remozada. Han retirado por completo la extensa porción lateral de hierba que flanqueaba el recorrido detrás del piano y se ha rellenado casi todo el espacio con asfalto.
Así que todo está preparado para garantizar el show ya sea en seco o en mojado, para que aquél que cometa un grueso error, aún así tenga la posibilidad de reinsertarse en la carrera.
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