En cuestión de minutos el sol se esconde para darle lugar a las nubes. El cielo de Interlagos nos tiene acostumbrados a ofrecer distintas versiones en un mismo fin de semana, o hasta en un mismo día.
Podes tener un auto configurado para seco y que en media hora debe atravesar un corto diluvio, o preparar todo el fin de semana el coche para mojado y a la hora de la carrera se disipan las nubes y aparece el sol. Interlagos es así de impredecible.
Y Sebastian Vettel lo tiene bien en cuenta. Por eso el germano vive la pista a medida que la avanza. “La pista estaba muy resbaladiza para todos y ha hecho bastante calor. Las condiciones del trazado no han sido fáciles. Por eso todos hemos tenido el mismo tipo de problemas. Ahora tenemos que hacer los deberes sin mirar lo que dicen los pronósticos meteorológicos”.
“Nunca sabes lo que va a pasar, pero de momento estamos contentos. No sabemos lo que va a suceder con el tiempo. Ha hecho calor y se supone que también mañana, aunque con algo de lluvia. Y el domingo va a hacer más fresco. Esto es Sao Paulo y puede pasar de todo”, concluyó Sebas después de la segunda sesión del viernes.
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