Hace cuestión de un mes, el mandamás mostraba un firme convencimiento de que la tormenta financiera había pasado de largo por el parque de la Fórmula 1. Y que sólo la salida de Honda había sido el único efecto de la crisis.Pero ante revelaciones que han tomado luz en los últimos días, de hechos como que Mercedes estuvo a punto de abandonar la F1, que Williams casi no participa por huida de patrocinadores y de que Renault se podría quedar sin ING, el punto de vista de Bernie Ecclestone cambió. El inglés no perdió el control, pero eso sí… pidió paciencia.
Los efectos de la crisis financiera mundial comienzan a ser más evidentes en el circo. Con la pretemporada en curso, la drástica reducción de costes, la desaparición de importantes patrocinadores, las dudas de varios constructores sobre su continuidad en la F1 y la situación de importantes circuitos que perderán actividad por la prohibición de ensayos, van tomado notoriedad y el discurso del patrón ya no es el mismo.
Ahora "todo el mundo se verá afectado por la importante recesión económica". No obstante, en una reciente visita a Valencia Ecclestone trato de trasladar tranquilidad. "Tenemos muchos patrocinadores y creemos que el resto de equipos continuarán," comentó.
Mientras los equipos reducen costes y la FIA aprueba nuevas normativas, a Ecclestone se le preguntaba si él también tomaría medidas, como la bajada de precios de las entradas o la reducción del fijo que deben pagar a la FOM los organizadores de las carreras.
El precio de las entradas lo arreglan los organizadores. En cuanto a si el bajará el fijo a los promotores, eso nunca. ¿Ayudar a los promotores para que puedan seguir organizando sus carreras?, “…la crisis financiera afecta a todo el mundo y todos la vamos a sufrir. Nadie sabe cómo se van a desarrollar las cosas, así que deberíamos se pacientes," concluyó Ecclestone como quien mirara para otro lado.
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