11 de abril de 2010

El lado… de Jenson

Llámalo oscuro, privado, sorpresivo, inesperado, sorprendente… en fin, los puntitos suspensivos son para que lo califiques vos. Es que a continuación te dejo las confesiones del flamante campeón mundial.

Un campeón que ganó hace dos semanas en Australia, cuando muy pocos lo tenían en cuenta a pesar de que era el último campeón. Un lado desconocido que revela tres tatuajes, más multas fuera de la pista que adentro y un enfado envenenado cada vez que se da cuenta que algo no sale bien y para ello no tiene un plan b.

“Me asustan los tiburones… y perder, ¡porque es lo contrario de ganar!”.

“Nunca tengo un plan B. Es uno de mis defectos, obviamente”.

“La última vez que me enfurecí de verdad fue el año pasado en Brasil, en la clasificatoria. Estaba realmente enfadado por la elección de neumáticos que hice. Realmente me enfadé. Pensé que el campeonato se podría escapar. Pero fue un gran día para mí”.

“Ganar para mí es el mayor subidón. La adrenalina de ganar”.

“Tengo novia y soy un hombre de una sola mujer”.

“Casi ninguna película me hace llorar. ‘The Notebook’ (El diario de Noah) casi me hizo llorar. Y también ‘Days of Thunder’ (Días de trueno)… No, en realidad no, era broma”.

“El último libro que he leído es ‘Breaking Vegas’, que es sobre el juego”.

“Creo que la mayor multa que me han puesto, sin contar en la Fórmula 1, ha sido una de quinientas libras, algo así como seiscientos euros. Fue en 2000. No puedo recordar a cuánto por encima del límite iba”.

“Odio los alimentos grasientos. Perder. La economía… y la gente negativa"

“Me teñí el pelo a los 14 años. Me lo puse muy rubio. Era horrible"

“No tengo ‘piercing’, pero sí tres tatuajes. Me haré un cuarto cuando esté en Japón. Dos de ellos no te los puedo decir… Son privados y están en japonés. Este de mi cadera es un botón (Button)… Es obvio”.

“Alguien a quien realmente admiré era Alain Prost. También a Nigel Mansell, que siempre era divertido de ver. Fuera de la Fórmula 1, realmente no admiraba a nadie”.

“Mis profesores te dirían que no era malo estudiando, pero que perdía la concentración; siempre estaba pensando en otra cosa. Siempre estaba pensando en competir”.

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