Estaba claro que volver a competir en la máxima categoría no iba a ser lo mismo hacerlo en un McLaren donde ofició tantos años como piloto de pruebas, que en un Sauber sin publicidades, herencia de un constructor como BMW que de repente decidió dejar la F1.
El motor Ferrari le ha causado muchos problemas a Sauber fuera de Europa, lo demuestra las escasa fiabilidad que han tenido en las cuatro primeras carreras de esta temporada. Y así se hace cada vez más difícil convencer a nuevos patrocinadores. “Cada día que pasa es más difícil encontrar apoyos para 2010. Y sin dinero es casi imposible mejorar el coche”, manifestaba muy preocupado el español en declaraciones al periódico suizo Blick.
“Ha habido demasiados problemas de motor, y algo no está bien en la parte trasera del coche; es demasiado inestable. Pero simplemente tenemos que confiar en nuestras habilidades y en nuestro nuevo jefe técnico, James Key. Y también que la suerte esté con nosotros,” agregaba el catalán.
“Sabía que con Sauber me esperaba un trabajo difícil. Pero después de los entrenamientos en febrero, no creí que fuera a ser tan duro”, concluyó Pedro.
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