El piloto brasileño justificó su actitud muy poco apropiada, afirmando que quería salir cuanto antes del coche.
La acción, muy imprudente y que pudo haber puesto en peligro la vida de los demás pilotos, tuvo lugar el domingo pasado en el GP de Mónaco luego de que el brasileño quedara clavado en sentido contrario de la pista a la altura de Beau Rivage. El Williams se había salido del control de sus manos y terminó destrozándose contra las barreras.
Pero sin pecar de juez, en las imágenes no se nota un Barrichello apurado por salir del coche, sino embroncado que lanza el volante al asfalto con más furia que apuro.
Si lo tomamos con humor negro, a Karun Chandhok se lo podría considerar afortunado, porque se encontró 50 mil dólares en el piso. Pero lamentablemente para el indio, no fueron fajones verdes lo que arrastró el Hispania sino un material de fibra de carbono que pudo haberle roto la rueda delantera, el ala, que lo llevó arrastrando hasta el túnel, donde después lo perdió y que fue nuevamente atrapado por Bruno Senna.
"Lo lancé porque quería salir del coche lo antes posible. Después del choque, el coche se quedó en medio de la pista y empezó a arder", explicaba Barrichello.
El copropietario de Williams, Patrick Head, por las dudas ha salido en su defensa. "Si estás en el medio de una pista por donde están pasando coches a grandes velocidades, piensas 'quiero salir de aquí ya".
Lo cierto es que los recuerdos no son lindos para Barrichello. La última vez que Rubinho dejo algo de su coche, terminó en el ojo de Felipe Massa. Aunque claro, fue una tuerca y no por culpa del brasileño.
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