“No podemos obligarlos a que formen parte de esto. Incumplirían el contrato con la F1 si no lo hicieran, pero trataremos este tema como algo aislado”, prometía el mandamás cuando fue consultado sobre la incertidumbre de si correrán o no el GP de Bahrein.
Los jefes de las escuderías ya han dado su veredicto, si es por ellos, no correrían. De allí que Ecclestone no quiere llegar a un conflicto. Pero hay una enorme presión por parte de los organizadores de la carrera, quienes quieren demostrar que en Bahrein no ha pasado nada. A la vez que también existe un compromiso por parte de Bernie Ecclestone, quien les dio su palabra de caballero que la F1 volvería al desierto de Shakir esta temporada, tras haber quedado fuera del calendario el año pasado.
Ecclestone contactó personalmente este pasado lunes con Salman bin Hamad Al-Khalifa, príncipe de Bahrein, por su preocupación sobre el estado de Abdulhadi al-Khawaja, un activista que se declaró en huelga de hambre desde el pasado 8 de febrero como protesta a su sentencia por, supuestamente, conspirar contra el estado.
“El señor Ecclestone se mostró preocupado por la situación. Dijo que el príncipe le comentó que Al-Khawaja estaba bien, pero lo que yo he oído no es eso”, comentaba la doctora Ala'a Shenabi, escritora y activista en Bahrein, en declaraciones al diario The Independent, revelando que Ecclestone contactó con ella para informarse sobre la salud de Khawaja y que le comentó que ya había hablado con el príncipe sobre la condición del prisionero.
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