22 de abril de 2012

El campeón se reencontró con la victoria.


Sebastian Vettel y Red Bull se encontraron a si mismo. De ser un equipo desarmado con un campeón desorientado, en la cuarta carrera encontraron la brújula. No les sobró nada, pues la F1 de este 2012 nos está demostrando que el título puede estar para cualquiera. En Australia el fuerte era McLaren, en Malasia milagrosamente Ferrari, en China Mercedes y en Bahrein como vimos, fue de Red Bull, pero pudo haber sido de Lotus.

Cuatro ganadores diferentes, cuatro equipos diferentes, cuatro lideres del campeonato diferentes. Como si fuera poco, al término de Bahrein, la estadística dice que todos los pilotos de la grilla, a excepción de los hombres de Caterham, Marussia y HRT (equipos que más les cuesta por ser nuevos) ya han sumado puntos.

Eso no es nada, entre Sebastian que ha quedado primero y el quinto del campeonato que es Fernando Alonso, sólo hay diez puntos de diferencia. Con lo destacable del hecho que esta segundo en el campeonato Lewis Hamilton y tercero Mark Webber, hombres que no han ganado todavía pero que han sido de los más consistentes.


Pero el equipo parece haber encontrado la configuración que mejor le cabe al RB8. Tras tanto ir a venir con las piezas, probar cosas, sacar cosas, volver a meterlas en el coche, Vettel se encontró con Vettel, halló la comodidad en el coche y aquí el resultado.

Le ganó por tres segundos a Kimi Raikkonen, por poco más de diez a Romain Grosjean. Pero silenciosamente en su primer golpe ya se anotó el primer hat trick. Pues hay que recordar que largó de la pole y en carrera se quedó con el récord de vuelta.

Bahrein nos ha ofrecido su mejor versión, sin dudas la mejor carrera que se recuerde en este circuito. Con sobrepasos en todos lados, lucha en todas las posiciones y la tranquilidad de haber sido un Gran Premio seguro, a pesar de que muchos esperaban y deseaban lo contrario.

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