El actual campeón del mundo ha reconocido que la tuvo pero que ya no quiere tenerla. Hablamos de su arrogancia. Una arrogancia que se podía traslucir a través de sus declaraciones y que muchas veces iba en contramano del sabio consejo dejado por Juan Manuel Fangio: “Hay que trabajar para ser el mejor pero nunca creerse el mejor”.
Lo cierto es que ahora que se saco la espina de su primer título, Lewis Hamilton ha prometido corregir la percepción que tienen el público en general sobre su personalidad. Promesa que tuvo lugar en el Palacio de Buckingham, donde fue nombrado Miembro de la Orden del Imperio Británico, antes que le tomaran las medidas para una figura de cera en el museo de Madame Tussaud.
Lo cierto es que ahora que se saco la espina de su primer título, Lewis Hamilton ha prometido corregir la percepción que tienen el público en general sobre su personalidad. Promesa que tuvo lugar en el Palacio de Buckingham, donde fue nombrado Miembro de la Orden del Imperio Británico, antes que le tomaran las medidas para una figura de cera en el museo de Madame Tussaud.
"Todo el mundo comete errores y sin duda en algún momento he sido arrogante o ha parecido que era arrogante. Así que tengo que aceptarlo, hay que hacerlo, no se puede decir que todos los demás son estúpidos. Hay que asumirlo y corregirlo," reconocía el actual rey de la categoría.
"Nunca me gusta oír ese tipo de cosas. Creo que los periodistas saben que no lo son. Sé donde estoy y de lo que soy capaz. Pero acepto las críticas e intento entender por qué se dice," agregaba Lewis quien ya emprendió rumbo hacia Australia.
¿Cómo llega mentalmente Hamilton a la primera carrera del año? Sin presión de ningún tipo. "Las cosas van bien, los patrocinadores están contentos, mi jefe está contentísimo y ahora yo ya no tengo ninguna presión. Me encanta este deporte y adoro esté trabajo, es genial."
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