18 de julio de 2009

Porque STR es lo que es y ya no es lo que era

En las voces de Giorgio Ascanelli y Franz Tost, se encuentran las razones por las que Toro Rosso dejó de ser la cenicienta del campeonato para transformarse en el vagón de fondo.
La primera, la principal es la ausencia de Sebastian Vettel. La segunda: el cambio abrupto de reglas. Y la tercera y principal, aunque ellos no lo mencionen: no haberse independizado totalmente de Red Bull.

El año pasado cincuenta por ciento del equipo era de Gerhard Berger y bajo las directivas del austriaco fueron la sensación del campeonato. No se cansaban de generar elogios y admiraciones, no había adjetivos para caratular lo que estaban haciendo en la F1. Haber vencido en Italia, la catedral del automovilismo, haber dominado desde el sábado sin la ayuda de nadie. Parecían exclusivos de Faenza y no tan dependientes de Milton Keynes.

Hoy son todo lo contrario. Sebastian Vettel extiende su talento en Red Bull, las leyes cambiaron (no se puede probar) y en Faenza recién ahora podrá hacer uso del nuevo paquete aerodinámico que hace unas cuatro carreras ya tenían lista en Milton Keynes.

"Hay varios factores que han influido en que nuestro rendimiento no fuera bueno como en la temporada pasada. El primero es que el buen final de año que hicimos fue porque Vettel es un gran piloto. Los pilotos son fundamentales, y el año pasado Vettel maduró enormemente y logró comprender por qué era rápido o lento y esa es la etapa más difícil de un piloto. Con un piloto joven y sin experiencia como Buemi, introducir cambios es más difícil, porque a él le cuesta adaptarse," comentaba Ascanelli.

"El segundo factor es que el año pasado, dentro de los límites de nuestra capacidad, fuimos en una dirección distinta a la de Red Bull Racing, principalmente en suspensión y con el sistema de frenos, competíamos con unas normas técnicas que habían sido más o menos estables desde hace una década, con lo que los niveles de rendimiento se igualan y se hace más difícil encontrar cosas nuevas. Pero este año, el ritmo de desarrollo se ha acelerado muchísimo y, siendo un equipo pequeño, no hemos podido mantener ese ritmo", explicaba el italiano.
Lo que justifica porque hoy, Red Bull está dando grandes saltos adelante en mejoras cada mes y Toro Rosso se queda en el fondo.
Recién en Hungría el STR4 tendrá el suelo, el alerón trasero, los conductos de freno y el morro nuevos. Un cambio sin dudas importante, pero que el equipo italiano debió esperar mucho para que lo pueda disfrutar, cuando el año pasado la tendencia era otra. Tost intentó encuadrar esta situación en una excusa financiera y achacárselo en lo posible a Sebastien Bourdais

"En lugar de gastar en mejoras constantes, decidimos mantener los costes dentro del presupuesto esperando y preparar mejoras importantes que debutarán en el Gran Premio de Hungría. Además, aparte de las limitaciones en el desarrollo del coche, teníamos un piloto que no cumplía las expectativas...", en clara alusión al piloto francés.

Gerhard Berger ya no está más y su ausencia es la generadora de estas determinaciones erróneas tomadas por Franz Tost. Quien le quitó el apoyó al galo, prefirió seguir confiando el desarrollo en un piloto novato y por si fuera poco, amaga con subir a otro más novato que el primero. Cuando queda una segunda mitad de calendario en la que Buemi y en su defecto Jaime Alguersuari (si es que al final resulta confirmado) jamás se han estrenado.

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