El catalán vuelve a correr de local en casa, lo que no es poco. Sólo corrió en cuatro ocasiones en el GP de España. Desde su debut en 1999 hasta 2002, luego vendría su etapa como probador de McLaren y casi el olvido.
Casi diez años después, poco menos, Pedro recupera la gloria de correr ante los suyos a los 39 años. Puede que sea la última vez, esperemos que no que haya alguna más. Pero para el fin de semana todavía faltan unos días así que aprovechemos para repasar una entrevista del catalán donde da cuenta de las frustraciones que ha tenido como reserva de Woking. Y sus impresiones de este apasionante campeonato que apenas lleva cuatro carreras.
Recuerdo una entrevista en el año 2000 en la que afirmaba que si alguien le cortaba el paso en la pista se lo llevaría por delante. ¿Sigue siendo tan agresivo como entonces?
No. Con el tiempo te haces más inteligente y mucho más cerebral y menos apasionado. Y entiendes que para hacer un buen resultado en una carrera debes llegar al final. Así que, en este largo trayecto he aprendido muchas cosas y me he hecho un piloto más inteligente, más cerebral: debes cuidar el coche, los neumáticos, el motor, debes cuidarte tú. A mis años, necesito muchas más horas para recuperarme. Pero también es muy bonito, porque eres capaz de sacarle rendimiento a muchas áreas de tu cuerpo y de tu coche que antes ni siquiera sabías que existían.
¿Puede concretar un poco más?
Trabajo mucho en mi peso, para estar siempre en el peso exacto que mi ingeniero quiere que esté. Es un detalle. A nivel de estrategias sabes leer mucho mejor una carrera y analizas mucho mejor y más críticamente todo lo que has hecho en una carrera para ser más fuerte en la siguiente, buscas siempre el mejor rendimiento, y tienes mucho menos miedo a las críticas. Te sientes más fuerte. Y aceptas y casi buscas tener gente a tu lado que te diga lo que piensa aunque a veces te duela, porque así descubres nuevos caminos de mejora. Y otro aspecto, es que la edad te ayuda a diferenciar cada vez mejor lo que realmente es importante de lo que no lo es. Y al final, ves que hay muy pocas cosas importantes.
¿Desde esta perspectiva, cambiaría decisiones de las que ha tomado en su carrera?
Muchísimas. Cuando miro atrás cambiaría un millón de cosas. Si de algo he pecado es de tomarme las cosas con demasiada trascendencia. Me daba miedo incluso analizar en profundidad mi rendimiento en algunas carreras y eso me impedía crecer. Hay muchas cosas que he hecho mal. A veces me ha faltado relativizarlo todo.
¿Al final, acaba descubriendo que todo eso de la F-1 es un engaño?
No. Pero es un deporte. Es cierto que cuando estás en la F-1 todo adquiere más trascendencia, porque hay miles de personas pendientes de ti, porque todo el mundo te está juzgando en cada momento. Pero ¿eso es importante? No. Al final llegas a la conclusión de que es igual que cuando estaba corriendo en karting frente a 10 espectadores. Porque ¿quién me estaba viendo allí? Mi padre. Y era la persona más importante del mundo en aquel momento. Debes llegar a la conclusión de que lo que haces ahora no es más trascendente que lo que hacías entonces. Practicas un deporte y la cuestión es seguir ofreciendo tu mejor rendimiento.
Y en la F-1 nunca dependes de ti mismo sino de tener el mejor coche.
Absolutamente. Por desgracia es un deporte en el que la máquina te marca gran parte del resultado. Pero eso es así. Y debes acostumbrarte a no buscar excusas en el coche, en el motor o en los frenos. Dependes de la máquina, y lo único que puedes exigirte es rendir al 100%, al margen de que acabes primero, décimo o último.
¿Qué le pareció cuando Sauber dijo que le estaba costando la adaptación?
Que no era cierto, porque me adapté más rápido de lo que yo mismo creía. Pero no me afectó. Después, el mismo rectificó, porque el problema real ha estado en el coche.
Y para el Gran Premio de España, ¿estarán resueltos los problemas?
Habrá una mejora aerodinámica importante y tendremos un nuevo conducto F. Creo que el coche mejorará bastante y mi objetivo será entrar en los puntos. Creo que merezco hacer una buena carrera ya.
Que la F-1 se vive con mucha presión no es un secreto. ¿Afecta eso incluso a la relación familiar?
No, ahora ya no. Puedo decir con orgullo que cuando me voy de un circuito soy una persona mucho más madura: soy capaz de cerrar la puerta y ahí se quedan los problemas. Ahora lo hago la mayoría de veces. He hecho un paso de gigante en este sentido, porque soy capaz de compartimentar las cosas y de separar el trabajo de la familia.
Comentó en Australia que la carrera no le gustó, que no se divirtió porque el coche no le daba para defenderse de Schumacher ni de Alguersuari.
Me divierto cuando puedo defenderme. Lo que más me gusta de las carreras es la lucha, el tú a tú. Cuando estás en una carrera en la que te has quedado sin neumáticos al final, donde tienes el fondo del coche roto y lo estás pasando mal para mantener el coche en el asfalto, no disfrutas. No podía defenderme en igualdad de condiciones.
¿Qué sensación tiene ahora que vuelve ya a tener un volante oficial? ¿Vuelve a sentirse piloto?
Siempre me he sentido piloto. Pero ahora me lo paso 100 veces mejor que antes. Que no lo pasara bien al final de la carrera de Australia no significa que no me divirtiera al principio. Salir con los neumáticos intermedios por la lluvia, cambiar a blandos cuando se secó la pista, correr con zonas secas y mojadas detrás de Hamilton. Son momentos imborrables. Disfruté como un niño. La gran diferencia entre ahora y el año pasado es que vuelvo a sentir la pasión de las carreras y que me noto mejor piloto que antes. Y eso es independiente de si el coche es mejor o peor.
¿Le resultó muy frustrante tener que trabajar sólo en el simulador y no poder ni siquiera subirse al coche el año pasado?
Fue el peor año que he pasado en la F-1. El cambio de reglamento, prohibiendo los tests, dejó sin contenido el papel del piloto de pruebas. Sentí que no aprendía. Por tanto, sabía que debía plantearme o volver a correr o cambiar de empleo. Fue muy duro.
¿Pensó en algún momento que podía acabar corriendo para McLaren, le hicieron insinuaciones antes de fichar a Button?
Hasta el 2008, cuando McLaren fichó a Kovalainen, tuve muchas esperanzas de correr con McLaren. Pero cuando le ficharon, mi mentalidad cambió: supe que sólo volvería a coger un McLaren si alguno de los pilotos se rompía una pierna. A partir de entonces me planteé que para correr debería cambiar de equipo. Y es lo que he hecho. Mucha gente cree que me conformaba siendo piloto de pruebas en McLaren. No es así. Siempre quise volver a la parrilla, pero hasta ahora no he encontrado un volante.
¿En el fondo, le ha costado dejar a la gente de McLaren?
Para mí es un punto y seguido. Estoy en Sauber, pero quiero mucho a la gente de McLaren. Me han ayudado y me han hecho crecer. Y así se lo dije cuando me despedí. Estoy seguro de que volveremos a trabajar juntos.
¿Le sorprendió el inicio tan fulgurante de Alonso con Ferrari?
Sí. Ha sido espectacular. Y su remontada del último al cuarto puesto en Australia fue de un mérito increíble. Está demostrando lo que es: un campeón. Y cuando le dan un buen coche se convierte en imparable.
¿En cambio le ha decepcionado lo que le ha ocurrido a Vettel?
No. Vettel es una bestia, muy bueno e inteligente. Sus problemas son mecánicos. Pero para ganar hay que acabar. Y Red Bull debe aprenderlo.
¿Entre quienes estará la lucha por el título?
Vettel, Alonso, Webber, Hamilton, Button, Massa. No hay que olvidar a Massa, siempre va a más.
¿Y usted, tiene un volante pero no le permite desarrollar todo su potencial?
Tenía muy claro que debía volver a correr. Y lo hago. Aprendo, me lo paso bien y tengo un equipo que mejorará mucho esta temporada. No tengo derecho a quejarme.
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