La declaración no es de Martin Whitmarsh, quien tendrá que administrar la rivalidad de los últimos dos campeones. Tampoco es de Stefano Domenicali, quien deberá vigilar que no se repita en su Scudería lo que un domingo caluroso sucedió en un GP de Nürburgring. Menos aún de Christian Horner, quien no tiene problemas con sus pilotos. La frase no podía ser de otro que no fuera Ross Brawn, quien dejo en claro que no habrá privilegios para Michael Schumacher.
Según ha manifestado el director deportivo de Mercedes, no habrá Nro 1 preestablecido en la escudería alemana. Aunque Schumi ha sido siempre un indiscutido líder bajo los mandos de Brawn, ya sea en Ferrari o en Benetton, el gran estratega esta vez se ha molestado en adelantar que esta vez será diferente.
"Quien sea el más rápido y gane más carreras, sin duda será nuestro piloto número 1. Pero de inicio daremos igualdad a ambos pilotos", prometía Brawn.
"Lo que no quita, que llegado el momento en que uno de los dos tenga opciones matemáticas de ser campeón, entonces tendremos que establecer prioridades. Pero este año lo haremos así, dejaremos que ellos establezcan el orden, que compitan para también ayudar al equipo. Es la mejor forma de lograr los objetivos. No tenemos un número 1 y no pretendemos tenerlo," aseguraba el gran Ross
Tan abierta es la relación entre los pilotos que el mismo Brawn dejó escoger a ambos el ingeniero que los acompañará en cada carrera. "Nico y Michael han hablado del tema, y ya han escogido – Nico tendrá a Jock Clear y Michael a Andrew Shovlin", confirmaba el líder de Mercedes.
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