Así de certera fue la contestación del piloto más exitoso de todos los tiempos. Es que cansado de las acusaciones y de las inquisiciones de algunos medios amarillistas, Michael Schumacher no puedo encontrar otra respuesta a la presión de estos medios sensacionalistas que aún intentan sacar jugo provecho de hechos que se han ido con la década del 90.
Aún no ha empezado la temporada 2010, y la prensa ya comienza a tirarlo dardos aunque no tuvieran motivos para lanzarle preguntas puntillosas. Pero en la presentación de la flecha de plata, Schumi no perdió la compostura y se la bancó con respuestas escuetas y contundentes que no se pueden dejar pasar.
Con los toques a Damon Hill en Adelaida 1994 y a Jacques Villeneuve en Jerez de la Frontera 1997, todavía vigentes para algunos mediocres periodistas, algunos impresentables le preguntaron si su regreso era para demostrar que puede ganar sin hacer trampas, a lo que el heptacampeón respondió sarcásticamente: “Noventa y una victorias, siete títulos… Sólo se puede ganar haciendo trampas. Completamente, tienes razón: tengo probarme a mí mismo ahora”.
Pero no conformes con esta afirmación irónica, continuaron con insinuaciones hirientes de que tantos números, tantos campeonatos ganados y tantas victorias no sean más que números y frías estadísticas que ocultan la manera en las que las logró. A lo que Michael atacó con su mejor defensa: “Sí, lo sé: gané de la misma manera en que tú estás intentando hacerme preguntas”.
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