El piloto brasileño tomó el testigo de Fernando Alonso y en tierra del asturiano amplió la capacidad de sumar kilometraje. A pesar de que la lluvia condicionó un tramo de la jornada, Felipe no tuvo clemencia y tras girar 37 vueltas por la mañana, agregó 78 más por la tarde con el objetivo de darle a la Ferrari la equivalencia de casi dos Grandes Premios en rodaje.
Distancia que, sumada a las 135 vueltas de Alonso el viernes, acumulan un total de casi cinco carreras seguidas sin fallar en Montmeló.
Al final, el paulista terminaría la jornada con el quinto mejor tiempo, alcanzando un registro de 1m22s344, quedando a 1s658 de la marca de Nico Rosberg.
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