La despedida de la máxima categoría no será nada relajada para la marca japonesa. La temporada 2010 prevé la prohibición de repostaje durante la carrera y ello significa que Bridgestone debe reajustar la preparación de su neumático, sus dimensiones, y realizar esfuerzos adicionales para que su producto se mantenga en una alta fiabilidad antes de bajar la persiana.
A ello hay que agregar que los neumáticos delanteros serán algo más estrechos que los traseros con el fin de conseguir más agarre en la parte trasera y de esta manera lograr un pilotaje más sencillo. Con este último desafío por delante, un ingeniero del puente de piedra adelanta que los neumáticos del año que viene serán capaces de soportar el peso inicial, que tendrá el coche, de combustible.
"La construcción es más duradera, y los compuestos también han sido modificados", afirmaba el ingeniero jefe de Bridgestone, Jun Matsuzaki. Pero Matsuzaki asegura que en el transcurso de la carrera todo irá volviendo a la "normalidad" hasta que los pilotos se encuentren con las reacciones que vieron de los monoplazas hasta ahora.
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