A menudo se escucha que la Fórmula 1 es la disciplina por excelencia de la actividad motor, pero también la más machista. La corta lista, en cuanto a mujeres que han sido piloto de F1, lo demuestra sin tener mucho que pensar. Pero esto no es una deuda que le quite el sueño a Bernie, aunque si un punto a tener en cuenta para los encargados de los circuitos, enfoque al que han arribado durante el Forum de Negocios del Motor que se está desarrollando en Mónaco esta semana.
Ya que no las hay en la pista, que las haya fuera... en el público... acompañando al fiel espectador. Y para ello hay que saber cautivarlas. ¿Cómo? Ofreciendo algo más que una carrera de autos. Tal vez una suerte de complemento entre música, juegos y promociones.
“Los espectadores son muy importantes para nosotros, especialmente cuando la principal fuente de ingresos es la venta de entradas. Tenemos que pensar en actividades infantiles, música, conciertos para las masas, para que disfruten más que sólo por la carrera”, declaraba Razlan Razali, responsable de Sepang, el circuito de Malasia.
Solidario con esta perspectiva y un poco más allá, el ex director del mítico circuito de Ñürbürgring. Walter Kafitz no paso por alto las peripecias que muchas veces atraviesa un espectador a lo largo del fin de semana para no perderse detalles de un Gran Premio.
La visión sobre la pista a menudo está limitada, es difícil seguir la carrera si no es por las pantallas gigantes y las localidades no siempre son cómodas. Pero “los circuitos no competimos unos contra otros, sino contra otros entretenimientos. La gente puede venir o ir a cualquier otro lado. Queremos atraerlos a los circuitos y para ello tenemos que recordar que a diferencia del fútbol, por ejemplo, la gente se queda en el circuito al menos un día y, con suerte, todo el fin de semana”.
“Tienen que entretenerse más, no simplemente con una carrera principal, sino con carreras de apoyo, con otras ofertas de entretenimiento, para hacerles felices y que cuando abandonen el circuito quieran volver. Ese es nuestro negocio”, concluía Kafitz.
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