Luego de dos temporadas de mal comienzo, la escudería italiana prefiere centrarse en este gran arranque de temporada 2010 a incluirse en acusaciones por técnica ajena.
Antes de comenzar el campeonato, Red Bull fue la primera en señalar al MP4-25 como dudoso. Preocupado por su ‘F-Duct’, junto a Ferrari, el equipo de Milton Keynes presentó una solicitud para que el McLaren fuera revisado el jueves anterior al Gran Premio en Shakir.
Resuelta la duda, autorizado su revolucionario F-Duct, Ferrari se dedico a lo suyo (prepararlo para el GP de España). Pero entonces llegó Australia y tras la clasificación en la que Red Bull hizo 1-2, fue McLaren la que ahora se quejó, acusando a los RB6 de cargar con un truco para manejar la altura.
Al respecto, Stefano Domenicali prefirió no participar en esta ocasión de este último "lío técnico", ya que ha dado a entender que tantas acusaciones pueden poner en peligro la armonía de la FOTA.
"No tengo nada que decir, porque en el aspecto técnico, la FIA debe ser el árbitro en estas situaciones", declaraba el italiano a Tuttosport.
"Esto es parte del deporte, ejercer presión sobre los otros equipos y lo que están haciendo. Es sólo una parte del juego", concluía el italiano.
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