Según el experimentado austriaco, que hasta la pasada temporada ofició como probador de Honda, el secreto del BGP001, está en su costosa preparación, impensada para sus rivales.
Según desvela el piloto austriaco, el año pasado Honda puso a disposición de Ross Brawn cinco túneles de viento y 500 millones de euros, invertidos para sacar si o si un auto ganador esta temporada. Pero llegó la crisis y los japoneses desaparecieron del campeonato.
"El Brawn es probablemente el coche más caro con el menor presupuesto para su funcionamiento", comentaba el austríaco. "El coche se probó en tres diferentes direcciones en el túnel de viento, dos direcciones resultaron erróneas así que el equipo pudo cambiarlas", agregaba Wurz.
Cuando se le preguntó sobre si Red Bull los podía alcanzar en el campeonato, el representante de Superfund lo dejo al azar. "Yo diría que Brawn y Red Bull están al mismo nivel y que el éxito ahora dependerá de los circuitos", concluía el austriaco.
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