Desde hace algunos días se puede apreciar en el apartado técnico del sitio oficial de la F1, los principales cambios que veremos entre un coche de la pasada temporada y el coche que veremos este año.
A grandes rasgos, si repasamos un boceto del coche que tendremos esta temporada, según de donde se lo mire, se puede percibir respecto a su antecesor tres cambios notoriamente visibles.
• De frente vamos a poder apreciar rápidamente que los neumáticos delanteros van a ser más estrechos.
• De costado vamos a extrañar los tapacubos y en muchos casos tal vez nos encontraremos con el cockpit ligeramente un poco más adelantado.
• Mientras que desde atrás, o mediante una toma aérea se hará notorio el tren trasero del chasis, más robusto por la incrementación de la capacidad del tanque de combustible.
Pero vayamos por parte, comencemos por los neumáticos. En este aspecto, se resalta que la introducción de neumáticos delanteros más delgados, tiene como fin corregir el desequilibrio entre la parte delantera y trasera que se produjo con el regreso de los neumáticos slicks en la pasada temporada. Aunque esto le deja un hueco al ingeniero, dado que se ampliará el espacio entre los neumáticos y el chasis, para tratar de hacer diferencias en conceptos aerodinámicos.
En otro aspecto, la prohibición de los tapacubos busca como resultado evitar problemas durante las paradas en boxes, que demoren o compliquen el cambio de neumáticos, que sin la recarga de combustible, será unos cuatro o cinco segundos más rápida.
Pero vayamos al cambio más radical de todos y que, sin embargo, visiblemente no será tan notorio: la prohibición de repostajes. La medida más relevante que nos trae este 2010 tiene grandes implicaciones técnicas.
• Porque la capacidad del depósito de combustible se ha duplicado prácticamente, de 120 a 235 litros, lo que ha llevado el peso mínimo del coche de 605kg a 620kg.
• Porque para minimizar las consecuencias de este incremento, algunos adelanten relativamente la butaca o trabajen con cajas de cambio más cortas.
• Y por último, porque la distancia entre ejes del coche es posible que se aumente en alrededor de 15 cm, lo que seguramente traerá acarreado algún ingenio técnico que después, como sucede siempre, no estará contemplado en el reglamento.
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