Si
pensábamos que Bernie Ecclestone tenía todo bajo control en la F1, que hacía lo
que quería con su circo, les tengo que anunciar que nos equivocamos. Es que
hace unos años, cuando Bernie decidió llevar el espectáculo al golfo pérsico,
al desierto, no tuvo en cuenta algunas cláusulas para el futuro.
Desde
hace unos años Qatar se fue ganando un lugar de preponderancia en el mundo
motor. Desde hace unos años tienen una fecha asegurada en el Moto GP ofreciendo
la única carrera nocturna que tiene su calendario. Este fin de año fue sede de
la entrega de premios de la FIA y de la reunión de su Consejo Mundial.
Elementos suficientes como para presentar su candidatura a la realización de un
GP de Fórmula 1.
Pero he
aquí el inconveniente, la traba. Y es que en su momento cuando Bernie cerró
acuerdo con Bahrein, la familia real bahreiní se reservó un derecho a veto en
caso de nuevas carreras en países vecinos.
Más
tarde, la casa real llegó a un acuerdo con Abu Dabi para que se pudiera
celebrar una prueba también en los Emiratos Árabes Unidos. Pero ahora que Qatar
pretende atraer a la Fórmula 1, no hubo
consenso.
"Cuando llegó la oferta para esta carrera, reuní a la gente de allí y dije: ¿pueden arreglar esto entre ustedes? No lo han conseguido", dijo el jefe de los derechos de comercialización de la Fórmula 1, según publicaron hoy medios británicos. De manera que a pesar de las ganas de sumar una nueva carrera en el Golfo, Bernie dependerá del ánimo de los reyes.
"Cuando llegó la oferta para esta carrera, reuní a la gente de allí y dije: ¿pueden arreglar esto entre ustedes? No lo han conseguido", dijo el jefe de los derechos de comercialización de la Fórmula 1, según publicaron hoy medios británicos. De manera que a pesar de las ganas de sumar una nueva carrera en el Golfo, Bernie dependerá del ánimo de los reyes.
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