Alguien tiene que pagar
esta frustración, y no hay frustración si primero no hay promesas y este año
todas las promesas y declaraciones redundantes salieron de Yasuhisha Arai. El hombre
sobró todo el tiempo en este proyecto. Si hay alguien que está hablando demás y
que hablo sin decir nada, ese fue el japonés que ha elegido HONDA para dirigir
su regreso a la F1.
El mismo que increíblemente
tampoco entendió en su momento la filosofía de los motores V8 y comenzó a
marcar su salida, cuando a final de 2008 Honda se dio cuenta que estaban
gastando millonadas y millonadas, sin resultados y los apuraba la recesión económica.
Cómo habrá estado de
errado Arai con sus criterios que Ros Brawn se quedó con los chasis de Honda,
le puso los motores Mercedes y ganó el campeonato en 2009. Pero bueno, Arai creció
en la empresa junto al actual presidente, Hachigo, son íntimos amigos y su
presencia en la F1 es un deseo personal suyo y una petición largamente esperada
por Arai que quería revancha.
Yasuhisha
nunca fue un hombre de la división 'motorsport' de Honda. Ingeniero sí, pero
siempre dedicado al producto y los coches de calle. Es más un gestor del equipo
que un auténtico carrerista. Y aplica la máxima de Honda: esto es un proyecto
japonés con ingenieros japoneses. Cultura doméstica, al contrario que hizo
Toyota cuando aterrizó en F1. Por tanto, Arai
es un hombre cerrado, muy cerrado, que no admite sugerencias, que no acepta
consejos que vengan de afuera de su idiosincrasia
Pese a las discusiones
constantes con Eric Boullier, jefe del equipo McLaren, para incorporar técnicos
de otras nacionalidades, Arai se niega en rotundo. No los hay mejores que los
suyos, dice. Pero son jóvenes, ingenieros júnior, no de primer nivel, con algunos
fallos elementales que se han tapado en diversos momentos, como salir a rodar
sin aceite para el motor en pretemporada. Novatos que están desesperando a
McLaren por la lentitud y falta de cintura.
Arai
dice que ya han encontrado el punto débil y que el motor de 2016 ya 'entenderá'
la tecnología híbrida que se les ha atragantado este año. No tanto el motor
clásico de combustión como el lío de las baterías, MGU-K y MGU-H, recuperar y
ofrecer energía, potencia. Pero se lo escuchó decir tantas cosas, que su motor
era el tercero más potente, que tenían 25CV más que los Renault. Fueron tantas
barbaridades las que dijo que el propio Fernando Alonso salió a decir que se estaba
dando demasiadas entrevistas menos potencia.
McLaren
y Honda han tocado fondo, los tokens que se volcaron en la unidad de potencia
la ralentizaron, la hicieron más débil y menos confiable. Dijo tantas cosas Arai,
prometió tanto que los propios periodistas británicos quisieron hacer justicia
y lo llenaron de dardos el viernes durante la conferencia de prensa. Tanto que
el japonés sin saber que decir no respondió a ninguna. “¿No le da vergüenza el
motor que está trayendo a la F1? ¿Va a dimitir y dejar vía libre a otro? ¿Ha pedido
perdón a sus pilotos?”, fueron las que no contestó el japonés. El tiempo nos
dirá cuanto le queda de soga. Porque está claro que con Arai al frente, sino se
mantiene callado, este proyecto no irá a ningún lado.
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