4 de septiembre de 2015

Es fácil criticar a Pirelli desde un lugar muy cómodo


Es fácil opinar desde un sillón, desde donde no se hace. Su candidatura para quedarse con la provisión de neumáticos seguramente pone a Michelin en una posición de prometer lo que no puede dar Pirelli, pero estoy seguro que la marca francesa -por su filosofía en el deporte- difícilmente soportaría el manoseo que se están aguantando los milaneses.

No es justo como se está tratando a Pirelli. La F1 estuvo a punto de quedarse sin calzado a finales de 2010 cuando Bridgestone decidió dejar la categoría, y ellos recogieron el guante. Desde entonces se le ha exigido todo el tiempo, sin tener en cuenta las precarias condiciones de pruebas que le han permitido desde el primer día. Nos olvidamos que para preparar sus primeros neumáticos le dieron un Toyota de 2009, porque no podían probar con los equipos ni montarlos en un coche de esa actual temporada.

Se les ha pedido neumáticos que duraran, luego que fueran a dos o tres paradas, entonces se quejaron de que la degradación era muy rápida. Todo el tiempo se les exige, pero no le permiten hacer tests comunitarios porque hay que ahorrar. Entonces en qué quedamos, ¿desde qué lugar se le puede cuestionar su seguridad, si de rodar seguros se trata y no le están permitiendo rodar. ¿Se puede hacer un auto de F1 sin túnel de viento?  …No. ¿Se puede hacer neumáticos de F1 en las condiciones actuales que está trabajando Pirelli?

Están demostrando que sí. Desde el principio del 2015, se han utilizado 13.748 neumáticos lisos, incluidos circuitos especialmente severos como Sepang, Barcelona y Silverstone. Nunca se ha descubierto problema alguno, lo cual subraya la solidez fundamental del producto. ¿Hubieran podido hacer esto Goodyear, Bridgestone o Dunlop? Seguramente por su capacidad sí, pero su filosofía deportiva no se los hubiese permitido.

No hay que tirar de la soga hasta que se rompa, no hay que hacer lo que hizo Ferrari en Spa. Da igual cuantos ingenieros de Pirelli hubiera habido en el box, el equipo ya tenía decidida la estrategia a las 11 de la mañana. Tras el reventón de Nico, Mercedes decidió cambiar el cámber de sus neumáticos traseros, quitar un elemento aerodinámico del fondo plano cercano a la rueda y marcar sus apéndices para reconocer donde estaba el error si había un nuevo reventón… no lo hubo.

Se usó el ejemplo de Nico, de que el neumático apenas llevaba pocas vueltas, para fustigar a Pirelli, pero no se tuvo en cuenta que la rotura no fue instantánea y que llevó cuatro vueltas. Sin contar la cantidad de elementos que había fuera de la pista, las salchichas que se instalaron en Radillión y la cantidad de 63 cortes encontrados en las bandas de rodamiento de los neumáticos de los demás coches, sin que se dañara su contextura.

Es aceptable la calentura de Sebastian Vettel, a una vuelta del final se quedó sin podio y sin puntos y lo más importante, se sintió vulnerable, indefenso, desprotegido. Pero no es culpa de Pirelli, es culpa de los ‘craneos’ que manejan la F1 desde un lugar tan cómodo como el de Michelin: desde donde no se hace.

No obstante, los pilotos deberían de reconocer que ya no se corre como antes y que tal vez los miman demasiado. En pos de la seguridad, la FIA ha tomado un camino erróneo al reemplazar algunas cama de leca por escapes asfaltados, por agregar espacios al límite de la pista que le permita al piloto recuperar el control del coche sin necesidad de quedar fuera de pista. Pero los pilotos al final terminan escogiendo este espacio extra como parte de su trazada, como una parte más de apoyo, sin percatarse que ese espacio no tiene la misma granulometría que la pista, siendo que los neumáticos fueron concebidos para soportar las degradaciones de ese asfalto, no el del externo. Y esto nadie lo tuvo en cuenta.

El concepto no es mío, lo escuche del ingeniero argentino Enrique Scalabroni que muy gentilmente se brindó para el podcast pos GP de Bélgica de http://www.f1lat.com/. Este orgullo argentino que para mí es una biblia viviente de la F1, fue contundente: las camas de lecas dañaran los autos, lastimaran partes una vez que se salieron, pero es el precio que tiene que pagar un piloto por equivocarse. Entonces si van aprender que si salen de pista dañan sus neumáticos.

Hoy el piloto subestima estas condiciones, usa ese escape como una parte más de la pista y acá están las consecuencias, total… se las achacamos a la pobre Pirelli.

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