El británico brindo una
jugosa entrevista en la que nos mostró una realidad que preocupa… y mucho.
La FIA está tomando caminos
equivocados que cada vez más se alejan de la medicina por excelencia que supo
tener la F1. Su presidente Jean Todt está lejos del compromiso que había tenido
su predecesor Max Mosley con el deportey está tirando a la basura veinte años
de investigación y desarrollo por amiguismos.
Cuando llegó el final de
la temporada 2012, la FIA le dijo adiós al hombre que había estado trabajando a
la par de Sid Watkins, cuya eminencia lo dejo como su predecesor. Y en su lugar
pusieron a un tal Piette, que nada sabía en atención de traumatismos y lesiones
graves, pero era amigo de Todt y un ‘gran apasionado de la F1’. Esta perlita y
otras anécdotas preocupantes más, son las que veremos a continuación en esta
grandiosa entrevista donde Hartstein es preguntado especialmente sobre el
procedimiento que se llevó a cabo con Jules Bianchi y lo que hubiera hecho Sid
Watkins en estos tiempos.
JULES BIANCHI, EL ACCIDENTE DE
JAPÓN
PREGUNTA: ¿Qué hubiera dicho Sid Watkins de haber
visto lo que pasó en Suzuka 2014?
Gary HARTSTEIN: Hubiera estado muy enfadado, hubiera
estando dando golpes a las paredes y quejándose de cómo de pobre fue todo eso.
Estoy contento de que no lo haya visto. Se hubiera vuelto completamente loco.
Completamente.
P: Se ha hablado mucho de la presencia de
una grúa en el momento del accidente de Bianchi, pero la verdad es que en el
pasado hubo ocasiones en las que un Fórmula 1 casi impactó contra ese vehículo.
Cuando usted era el delegado médico de la FIA, ¿lo consideraron un peligro o
nunca lo vieron como tal?
G. HARTSTEIN: Para ser honesto, no tengo muchos
problemas con los procedimientos que se aplicaron después de que Adrian Sutil
se saliera de pista. No tengo problemas con la actuación de los comisarios y de
dirección de carrera. La doble bandera amarilla significa que los pilotos han
de estar preparados para detenerse y hay momentos en los que no queda otra
solución que sacar la grúa a la pista. La gente ha sido crítica y ha preguntado
por qué se ha culpado a Jules de lo ocurrido, pero lo cierto es que en última
instancia quien apretaba el acelerador era Jules y, por definición, iba
demasiado rápido.
P: ¿Qué protocolos se activan en esos
casos?
G. HARTSTEIN: Creo que desde ese punto de vista todo
funcionó bien. Hubo un poco de confusión, pero salieron el coche de seguridad y
el medicalizado y al poco el médico tomó la delantera para dirigirse a la zona
del accidente. No tengo ninguna duda de que el trato que se aplicó in situ fue
bueno. Conozco al doctor del coche médico y es excelente, estoy seguro de que
el trato médico fue exactamente como dicta el protocolo.
P: Pero ha habido mucha polémica por cómo sacaron a Jules del
circuito.
G. HARTSTEIN: Sí, las decisiones sobre su
evacuación al hospital fueron muy problemáticas. Mucho. Si revisas la normativa
de la FIA, puedes ver que cuando las condiciones meteorológicas impiden que el
helicóptero médico pueda despegar, la única forma de que la carrera continúe es
que el hospital más cercano esté a X minutos, creo que son 20 o 30 (20). Eso se
puede calcular de dos formas: o bien cronometrando una ambulancia que haga el
trayecto o bien calculando matemáticamente cuánto tardaría. De acuerdo con esa
normativa, tan pronto los pilotos del helicóptero reportaron que no podían
volar, el delegado médico debería haber recomendado a dirección de carrera que
se detuviera la prueba o que al menos ondeara la bandera roja de forma
provisional hasta que las condiciones meteorológicas mejorasen. La evacuación
duró 40 minutos. Eso es mucho. Jules sufría una lesión muy grave, estaba muy
mal herido y una evacuación de 40 minutos es demasiado para una lesión cerebral
tan grave.
P: La FIA dijo que el estado de Jules no se vio afectado porque la
evacuación durara tanto.
G. HARTSTEIN: Sí, esa afirmación es chocante.
Absolutamente chocante. Lo escribí en mi blog en su momento: nadie que sepa de
lesiones cerebrales hubiera dicho jamás algo semejante. 40 minutos es demasiado
para una lesión cerebral. Cualquier neurocirujano se echaría a reír si le
preguntasen si las consecuencias son diferentes en una evacuación de 40 minutos
y en otra de 20.
P: Si usted todavía fuera delegado médico, ¿qué hubiera hecho
diferente?
G. HARTSTEIN: Cuando yo era delegado médico, hubo
una vez que tuvimos que parar la carrera durante un par de horas. Bernie
Ecclestone me presionaba para que volviéramos a correr, pero cuando aceptas una
responsabilidad tan grande has de seguir el reglamento. Las normas están por
algo y de hecho están muy bien hechas. Yo hubiera hablado con Charlie Whiting y
le habría dicho que detuviera la carrera porque no podríamos cumplir con los
límites de tiempo (dos horas).
P: Antes ha dicho que la doble bandera amarilla indica que el piloto
tiene que estar listo para detenerse pero que Jules iba demasiado rápido.
¿Significa eso que el sistema de banderas está obsoleto?
G. HARTSTEIN: Creo que es muy importante hacer que
se cumpla. El sistema de banderas es extraordinariamente bueno. Eso no
significa que no pueda mejorarse, pero si se hace cumplir bien es
extraordinariamente bueno. Este año hemos visto los problemas que ha habido en
la Fórmula 3, donde los pilotos pueden volverse bastante locos. Recuerdo una
vez en la GP3, hará ahora cosa de un par de años, en la que hablé con los
pilotos y les dije: ‘Tal y como estáis corriendo cuando hay banderas amarillas,
no permitiré que el coche médico salga a pista porque no quiero que un doctor
salga lastimado’. Los pilotos son pilotos y hacen lo que hacen los pilotos, y
(en los briefings) también quieren saber cuánto han de levantar en caso de
bandera amarilla para evitar ser penalizados.
P: La FIA constituyó un panel de investigación a raíz del accidente.
¿Podemos confiar en su veredicto cuando algunos de sus integrantes están
vinculados a la Federación?
G. HARTSTEIN: Es una buena pregunta. La
credibilidad es menos sólida si los miembros del panel tienen un conflicto de
intereses y aquí la mitad de esos miembros o quizá algo más debían sus carreras
en el motor a Jean Todt. Eso no significa automáticamente que no sea cierto lo
que dicen, pero no deja de ser un hecho que vierte dudas sobre sus
conclusiones. Lo segundo y más importante, o quizá igual de importante, es que
nunca publicaron el informe completo. Sólo publicaron un resumen de un par de
páginas, pero no decía nada demasiado interesante.
P: Imola 1994 hizo que cambiaran muchas cosas en materia de
seguridad. ¿Qué cambios podemos esperar a raíz de Suzuka 2014?
G. HARTSTEIN: Es una pregunta interesante. No lo
sé, pero sé que Charlie Whiting es un tipo muy inteligente y que sabe de verdad
lo que hace. Creo que Charlie está intentando que se puedan extraer los
monoplazas del circuito sin necesidad de recurrir a una grúa. Creo que está
pensando en eso, pero yo no sé cuál es la solución. Quizá se podría hacer como
en los viejos tiempos, cuando no hacía falta retirar todos los coches y los
dejaban apartados en un sitio que no supusiera un peligro para el resto. No hay
ninguna duda de que para Jules hubiera sido mucho menos peligroso estrellarse
contra el coche de Sutil que contra la grúa, aunque de nuevo, no tengo
ninguna queja con el procedimiento que se activó después del accidente. Ahora
mismo creo que el gran peligro es cuando los coches despegan del suelo, como
Mark Webber en Valencia 2012. Ese es uno de los episodios más peligrosos.
P: Se ha hablado de instalar cockpits cerrados.
G. HARTSTEIN: ¡Eso no ocurrirá! No lo creo. Si un
coche saliera despegado y aterrizara del revés, no estoy muy seguro de cómo se
podría rescatar al piloto. Además, ya no serían monoplazas abiertos y la
Fórmula 1 siempre ha sido una categoría de coches abiertos. Sé que Adrian Newey
hizo un Red Bull futurista con cúpula para un videojuego y que tenía una pinta
tremenda y una mecánica espectacular, pero no estoy seguro de que en el futuro
ocurra algo por el estilo.
LOS AMIGUISMOS DE LA FIA
P: ¿Qué formación tiene un doctor de Fórmula 1?
G. HARTSTEIN: Para desenvolverte en ese ambiente
necesitas bastante experiencia y conocimientos en casos de traumatismos, has de
saber qué tratamientos se aplican antes del desplazamiento al hospital. También
está bien entender sobre los diversos tipos de lesión y todas esas cosas.
Básicamente necesitas ese conocimiento, y luego ya necesitarás una experiencia
más específica en función de cuál sea tu responsabilidad. Si visitas la página
web del FIA Institute, creo que aún puedes descargarte una copia del libro
Motorsport Medical Manual, un libro que yo edité cuando fui delegado médico. Si
lo analizas, verás lo que necesitas saber para desenvolverte en un circuito.
P: Ha dicho que es importante tener experiencia previa en
traumatismos, pero Jean-Charles Piette no la tenía cuando le nombraron doctor
de la Fórmula 1. ¿Es verdad?
G. HARTSTEIN: Es correcto. Está entrenado en
medicina, es un doctor, pero no en traumatismos. No tiene experiencia en trauma
y cuando empezó tampoco tenía experiencia en las carreras. Antes de llegar a la
Fórmula 1 nunca había estado en una carrera como doctor. Depositaron mucha
responsabilidad en un doctor que nunca había estado en una carrera, eso es
interesante (carcajada).
P: Uno pensaría que la FIA sigue un proceso de selección muy
estricto.
G. HARTSTEIN: Bueno, la verdad es que sólo ha
habido dos cambios: cuando Sid se retiró y cuando me sustituyeron a mí. Cuando
Sid se fue, escribí un correo largo a Max Mosley. ‘Querido Presidente. Sid se
va a retirar, me gustaría que me considera para el puesto, etc’. Sabía que hubo
otros que pidieron el trabajo, pero me escogieron a mí. Max era un tipo serio y
entendía la importancia de la medicina en la Fórmula 1. Max estuvo ahí cuando
Ayrton y Roland tuvieron sus accidentes. Max trabajó con Sid, sabía qué estaba
pasando. Esa fue la primera transición. La segunda fue la mía, aunque entonces
no hubo ningún proceso de selección en absoluto. Saillant, Piette y Todt son
todos amigos, ¿qué hay mejor que darle a tu amigo uno de los mejores trabajos
del mundo? No tengo ningún problema con eso, pero siempre he dicho que es
extraño. Es probable que en el mundo haya 30 o 40 personas que podrían hacer
ese trabajo, Piette no era el único que podía hacerlo. Lo que me enfadó cuando
me echaron no fue que yo dejara de estar en el cargo, lo que me enfadó fue que
escogieran a alguien que no estaba preparado para un trabajo tan serio.
P: He oído que cuando le presentaron a Piette le dijeron que era ‘un
gran fan’ de la F1.
G. HARTSTEIN: Sí. Me llamaron y me dijeron: ‘Ya no
eres el delegado médico, hemos escogido a este hombre’. El mundo del motor es
muy reducido, al final todos nos conocemos, pero yo nunca había oído hablar de
ese hombre. Eso fue lo que les dije y me respondieron: ‘Oh, es un gran
aficionado a la Fórmula 1’. ¿De verdad? ¿Lo habéis escogido porque es un gran
fan de la Fórmula 1? ¿Qué formación tiene? Así me lo presentaron, como el gran
fan de la Fórmula 1.
P: Gerard Saillant viajó hasta el hospital donde
trabajaba para que lo despidieran por sus artículos sobre el accidente de
Michael Schumacher. ¿Cómo se enteró?
G. HARTSTEIN: Sí, uno de los responsables del
hospital vino un día y me dijo: ‘He recibido una visita de un amigo tuyo’. ‘¿De
verdad?’, le respondí. ‘Sí, se llamaba Saillant. Ha venido con un dosier y me
ha preguntado qué podíamos hacer para conseguir que pararas de escribir’. Mi responsable
le dijo a Saillant: ‘Aunque puede que tengas un problema con lo que escribe
Gary, yo no soy tu solución’. Todavía conservo el dosier que trajo, algún día
lo publicaré online, aunque tampoco es demasiado, es más bien una recopilación
de mis artículos. En fin… No me sorprendió, pero me chocó que alguien con tanta
responsabilidad hiciera algo así. Sólo los criminales hacen cosas como esa.
Actúan como gánsteres. Esa es la palabra. Gánsteres.
P: ¿Por qué iba la FIA a querer entorpecer su carrera profesional
cuando ya no estaba vinculado a la Federación?
G. HARTSTEIN: Creo que pensaban que les podía
hacer daño, que les podía hacer quedar como unos incompetentes y que eso podría
tener consecuencias. Creo que tenían miedo y que me odian a muerte. Lo llevaron
a un nivel personal. Jean Todt es una persona vengativa. Si le causas
problemas, te joderá. Quizá no sea mañana, quizá sea dentro de unos años, pero
te joderá. Querían hacerme daño a un nivel personal. Creo que me tenían miedo y
que todavía lo tienen.
P: Usted trabajó con dos presidentes: Max Mosley y
Jean Todt. ¿Cómo era trabajar con ellos?
G. HARTSTEIN: Max Mosley estaba muy concienciado
de la importancia del lado médico de la Fórmula 1. Había sido el presidente
durante la muerte de Senna, que fue un episodio enorme. Max era muy inteligente
y accesible. Vi trabajar a Sid con Max y luego fui yo quien trabajó con él, y
mi experiencia es que Mosley era un hombre que sabía entender la importancia de
la medicina en la Fórmula 1. Me lo dijo muy claro: ‘Si necesitas algo y lo
podemos hacer, dímelo y lo haremos’. Cuando Jean Todt llegó, no preguntó nada
sobre el lado médico de la Fórmula 1.
LEGADO Y FUTURO
P: ¿Cuál es su legado como doctor de la Fórmula 1?
G. HARTSTEIN: (Pausa de unos segundos) A nivel
práctico, solo un par de cosas. De lo que estoy más orgulloso es del libro que
he mencionado antes y del hecho que empezamos a hacer simulaciones en cada Gran
Premio con los comisarios locales. Simulábamos con un maniquí la extracción de
los pilotos. La simulación es la forma de educar ese tipo de situaciones. De lo
que estoy más orgulloso es de esas cosas, pero también estoy contento de otras,
como de que el departamento médico de la Fórmula 1 fuera respetado en todos los
circuitos del calendario. Manteníamos una buena relación con el personal local
de los circuitos. Éramos colegas, nos respetábamos, nos escribíamos y nos
ayudábamos a progresar y a mejorar. Sé que muchos médicos no pueden soportar a
Saillant porque saben infinitamente más que él y aun así están jerárquicamente
en una posición inferior a él. La cooperación y el respeto son valores muy
difíciles de consolidar, sobre todo después de Sid, pero estoy orgulloso de
haber mantenido el mismo trato que le brindaron a él.
P: Hablando de cooperación, usted intentó establecer
una sociedad internacional de médicos del motor que la FIA no aceptó.
G. HARTSTEIN: Sí, la respuesta de mis colegas fue
extraordinariamente entusiasta, pero me decepcionó mucho que no dejaran que
fuera una realidad. Hablé con la FIA porque quería organizarlo bien. Les
presenté centenares de nombres de posibles miembros, pero no se hizo. Los
doctores que había incluido en esa lista estuvieron decepcionados, pero tampoco
les sorprendió demasiado que sucediera eso.
P: ¿Le gustaría volver a ser delegado médico algún día?
G. HARTSTEIN: Ahora la verdad es que lo echo en
falta mucho menos. Todavía me encanta la Fórmula 1, pero cuando me echaron ya
me estaba acercando al final de mi carrera profesional. No hubiera seguido
muchos años más, quizá una o dos temporadas más y luego le habría dicho a París
que me iba a retirar y que tenían que encontrar a alguien para que me
acompañara durante una temporada, para así acumular experiencia y conocer a la
gente. Al principio lo eché mucho de menos, pero el tiempo pasa. A veces he
pensado en si volvería y creo que sí lo haría si se dieran unas circunstancias
ideales, pero es muy poco probable que esas circunstancias se den, por lo que
no es realista. Aun así, me encantaba hacer ese trabajo y tratar con la gente.
Todo eso me encantaba. Toda la gente que hay en el motor está motivada para
mejorar y todavía hay muchísimo trabajo por hacer. No lo haría si tuviera un
empleo a tiempo completo en un hospital y tuviera que compaginarlo con la
Fórmula 1. Lo hice una vez y fue muy duro. Me encantaba, ¡no me quejo! Pero a
nivel mental y físico, fue extraordinariamente duro compaginar ambas cosas.
Ahora sería delegado médico, pero a tiempo completo. Volvería, sí. Haría dos o
tres años más y luego me iría a pescar.
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