El brasileño es uno de esos pilotos que
quedan en la memoria del aficionado, de los apasionados de la máxima, gracias a
su tesón, a su tozudez.
No es superlativo en ningún aspecto, a mi
modo de ver, no sobresale por velocista, tampoco por estratega o calculador,
tampoco por estar por encima del nivel de su coche. Pero mucho trabajo, mucho
arremangarse lo ha llevado a mantenerse durante una década en el mundial al
máximo nivel.
Massa es uno de esos pilotos malogrados, que
llegan a la Fórmula 1 un poco mal calibrado con su destino. Massa tuvo la
suerte, por un lado, de permanecer en Ferrari más que ningún otro piloto a
excepción de Michael Schumacher. Pero claro, tuvo el infortunio de haber tenido
como compañeros al káiser, a Kimi Raikkonen y Fernando Alonso.
Así las cosas, el brasileño siempre fue considerado
naturalmente un número dos, como en su momento Rubens Barrichello cuando fue
elegido para acompañar a Michael Schumacher. Pero así y todo, Felipe supo
ganarse la atención de los ingenieros de la Scudería, fue más que Raikkonen en
aquella recordada temporada de 2008 cuando peleo el título con Lewis Hamilton,
hasta se sintió campeón durante la última vuelta del GP de Brasil.
Y ahí está su suerte de la que le hablaba,
esa que dependió de los neumáticos de Timo Glock para que el título quedara en
manos del moreno de McLaren. Y en 2009 el resorte pegando en su visera en la
clasificación del GP de Hungría, vaya ironía del destino, un resorte despedido
por el Brawn GP de Barrichello. Y después llegó Alonso a Ferrari y ya nada
volvió a ser lo mismo para Felipinho.
Y cada vez que algo lo golpeaba, cada vez que
Felipe caía en la tela de juicio, por dentro se cuestionaba a si mismo… ¿Debo
seguir o no? Una pregunta que se ha hecho desde los principios de su carrera.
"Para ser sincero, siempre me he enfrentado
a momentos complicados en mi carrera. No solamente ahora y no solamente en
Ferrari, sino durante toda mi carrera: desde los días en la Fórmula Chevrolet,
en Brasil. Estuve cerca de terminar mi carrera deportiva en varias ocasiones,
pero siempre pude superar la situación y seguir adelante", indicó el brasileño
en la publicación Globo esta semana.
El cambio de aire, la llegada a Williams con el respaldo de ser tratado como
piloto número uno finalmente no alcanzaron para que Felipe pudiera
reinventarse, rápidamente comenzó a ser superado por el ya nada sorprendente
finlandés Valteri Bottas. Su mala suerte en la definición de varios resultados
seguramente incidieron para que estadísticamente este muy por debajo de su
compañero finlandés en los puntos. No obstante Williams lo ha apreciado y lejos
de darle la despedida ha confirmado la renovación de su contrato para 2015.
Tal vez esta si sea su última oportunidad,
mientras tanto, Felipe parece haber despertado en Monza. Ojalá que así sea.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario