Son otros
tiempos los que corren en la F1, donde la plata y los resultados mandan. Y así
como estos tiempos no respeta a los buenos pilotos, a los apellidos que suenan
más fuerte, fuera de la pista tampoco respeta a los legendarios directores,
encabezadores de equipos.
Luca di
Montezemolo lleva más de tres décadas dentro del seno mayor del Cavallino
Rampante, basta buscar una foto de archivo, de esas de la década del 80 para certificar
lo que le digo. Acá en Argentina, uno se jubila a los 35 años de servicio, pero
el italiano me parece que en Maranello ya tiene las horas contadas.
Ferrari
ha cometido gruesos errores en los últimos cinco años, errores garrafales, de
criterio muy desacertado. Cuesta creer que un equipo pueda desintegrarse,
derrumbarse y cambiar la dirección de trabajo después de Michael Schumacher y
Ferrari lo hizo.
Luca di
Montezemolo orquestó lo bueno y lo malo de la Scudería en los últimos 30 años,
pero es una realidad que sólo acertó con la contratación de Michael Schumacher
y todo su tándem. No se cuidó ese tándem
pos partida de Michael y Ferrari volvió a ser la Ferrari de los años de sequía.
"Somos
buenos amigos pero sus declaraciones, son cosas que yo no hubiera dicho,"
dijo Sergio Marchionne, CEO de la compañía propietaria de Ferrari, Fiat.
"Yo me considero esencial, lógicamente. Pero también sé muy bien que estoy
al servicio de la compañía. Así que crear ilusiones de que uno puede funcionar
fuera de las normas, es hablar palabrerías."
"Lo mismo para él que para mi; estamos al servicio de la compañía. Cuando
la compañía cambie de planes o si ya no hay convergencia en nuestras ideas,
todo cambia. Nadie es indispensable."
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