Tras varias semanas de
negociación con Red Bull para hacerse de Toro Rosso sin llegar a ningún acuerdo,
todo parece indicar que la marca francesa recuperara la base de Enstone.
Cuando Renault decidió a
finales de 2009 quedarse en la F1 únicamente como motorista, vendió su
escudería al luxemburgués Gerard López quien la convirtió en Lotus. Entonces Renault
estrechó sus lazos con Red Bull y como motoristas lograron los siguientes
cuatro mundiales, al mismo tiempo que motorizaban también a su comprador. Durante
la temporada 2014 fue tan flaca su prestación que Lotus decidió inclinarse por
los motores Mercedes. Por lo que daba la sensación que ya no iba a existir
punto de regreso.
De hecho, hace tan sólo
dos semanas, desde Lotus negaban con rotundidad que el equipo estuviera en
posibilidad de compra: “Mis accionistas han dicho
específicamente que el equipo no está en venta”, aseguraba el
jefe de Lotus Matthew Carter.
Sin embargo, la crisis con
Red Bull y el hecho de que la temporada tampoco está resultando redituable para
Lotus en términos económicos y de resultados, a pesar de tener ahora el motor
más potente de la grilla, hace que Renault y Lotus vuelvan a mirarse con buenos
ojos para una fusión.
Los informes de Autosprint
apuntan a que hay un plan ideado por el jefe
de operaciones de Renault, Remi Taffin, de comprar Lotus y traer de vuelta a
Bob Bell como jefe de equipo. Y que en España López fue visto en
reuniones con referentes de Renault,
hasta el punto que "la negociaciones sobre la compra de
Lotus han progresado hasta la fase decisiva. El plazo para López y (el jefe
de Renault F1) Abiteboul para tomar una decisión es hasta el final de mayo,
por lo que el resultado se espera en los próximos días”.
Sin prisa por renovar sus
contratos con Red Bull y Toro Rosso
Mientras tanto,
Cyril Abiteboul, jefe de Renault Sport F1, ha afirmado
que de momento no tienen prisa por renovar los contratos que actualmente los
vinculan a Red Bull y a Toro Rosso hasta finales de 2016.
Una prioridad más
importante pasa por la cabeza de los tres y es garantizar la tranquilidad de
que su unidad vuelva a ser la misma de antes, “tener el motor bajo control, tanto en
términos de fiabilidad como de rendimiento".
“No tenemos ninguna fecha
límite, no hay prisa, seguimos
centrados en mejorar el rendimiento de nuestra
actual unidad de potencia, una vez que lo logremos entonces sí podremos asegurar algunas cosas a largo plazo". Añadiendo
el ingeniero francés que, para sus clientes, la preocupación
es si serán "capaces de lidiar con la nueva regulación y con los
problemas" que tienen ahora mismo.
“Creo
que esto es una preocupación para ellos y es una preocupación también para
nosotros, así que esto es lo que tenemos que abordar
de forma prioritaria antes de pensar en cualquier otra cosa”, concluyó
el galo.
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