El director general de Lola Racing Cars, Robin Brundle, ha declarado recientemente que si la FIA permitiese participar a más de doce equipos, ellos estarían en condiciones de volver a la F1 hoy mismo.
La empresa fundada por Eric Broadley en el año 1958 tiene fuerte deseos de volver a formar parte de la parrilla siempre y cuando la Federación Internacional de Automovilismo se lo permita, porque así lo indican sus finanzas y sobre toda las cosas, su enorme espíritu de competición.
“Estamos preparados y esperando la decisión de la FIA. El deporte del motor completa en un tercio nuestro negocio, nos gusta extendernos en cualquier ámbito. Cerraremos este año con un movimiento de 40 millones de dolares, y en cinco años nos gustaría alcanzar un volumen de negocio de 77 millones. Con la participación de nuestro equipo en la Formula 1, nuestros beneficios podrían verse incrementados por varias decenas de millones”.
Esperan una oportunidad para 2014
“Hemos logrado mantener nuestras habilidades en el complicado terreno de la alta competición. Podríamos resolverlo todo bajo una misma estructura, de modo que confiamos en que la FIA emitirá esa decimotercera licencia. Aún nos quedan concretar pequeños detalles para poder diseñar la parte posterior de nuestro coche para el 2014, cuando entre en vigor la nueva normativa sobre motores. Pero por lo demás estamos preparados”, aseguró una vez más el director de Lola.
Desde su llegada al mundo motor a fines de la década del 50, y con el paso de varias décadas, Lola ha ido convirtiéndose en una sólida marca constructora de chasis de competición. Prácticamente han construido automóviles para todas las categorías, desde Le Mans hasta la Cart. Han estado presentes en la Formula 1 desde 1962 con Reg Parnell, al que le construyeron el modelo MK4. Así como han registrado la exitosa construcción que bautizaron Hondola, el Honda RA-300, con el que John Surtees ganó el Gran Premio de Italia en el año 1967. A mediados de 1980 participaron en la parrilla con la escudería Team Haas Lola.
Sin embargo, como equipo de fábrica ha tenido diversos fracasos. Entre 1994 y 1995 fabricaron varios prototipos de monoplazas de Formula 1, pero la empresa prácticamente se fue a la quiebra con su nuevo proyecto MasterCard Lola en el año 1997. Sin túnel de viento, su monoplaza era tremendamente lento, hasta su propia creación el F3000 era más competitivo, así que después de la primera carrera de la temporada se vieron obligados a retirase. Después de este estrepitoso fracaso, la empresa quedó en manos de Martin Birrane.
En 2010, Lola era uno de los candidatos a entrar como participantes con una nueva escudería, pero con la anulación del límite presupuestario decidieron renunciar a su participación. Sin embargo ahora parecen estar preparados.
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