Finalmente las escuderías han determinado aplazar los planes para una
revolución en las reglas de la Fórmula 1. La revolución tendrá que esperar, y
no veremos chasis más anchos, ruedas más anchas y motores de 1000 CV hasta 2017.
Esto es lo que se desprende de la reunión de la comisión de la F1
celebrada este martes en Ginebra, donde hubo opiniones divididas entre los jefe
de equipos pero en una decisión unánime han decidido dar marcha atrás a la rápida revisión del
reglamento de los monoplazas,
que hubiera supuesto la introducción de unos coches más grandes, con neumáticos
más grandes y una revisión de los monoplazas en 2016.
Mientras
que algunos equipos como Red Bull querían aplicar
cambios ya en 2016, otros
preferían esperar hasta 2017,
cuando los cambios podrían coincidir con la entrada de los motores de 1.000
caballos y un
nuevo contrato con el proveedor de neumáticos. Que es lo que finalmente han
elegido. Ya que así las cosas, ven más viable contar con más tiempo para estudiar propuestas
concretas para 2017 que apresurar una
transformación de forma precipitada de la que después haya que arrepentirse.
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