Si aquellos que manejan el circo logran que Adrian Newey vuelva a trabajar
a tiempo completo en la factoría de un equipo de la máxima categoría, entonces
habremos caído en cuenta que se ha recuperado el deporte.
Christian Horner nos ha relevado en las últimas horas que Newey ya no
disfruta de la F1 y que prefiere otros retos y es que claro… no tiene libertad
para trabajar. Las actuales normas técnicas de la F1, con todas las
restricciones vigentes, le impiden inspirarse, explayarse, le han quitado
motivación.
“La Fórmula 1 debería ser una mezcla del
piloto, el chasis y el motor. Las reglas actuales favorecen mucho al
motor y son muy restrictivas respecto al chasis. Así que si un fabricante de
motores consigue ventaja, es difícil para un fabricante de chasis marcar la
diferencia lo suficiente para sobreponerse a eso” declaraba hace poco Newey.
Se puede hacer tan poco en un chasis, hay tantas restricciones,
prohibiciones, que al diseñador se le hace imposible contrarrestar 40 o 50
caballos de potencia que un motor tenga originalmente sobre otro. Y fue por
esto, según reconoce el
jefe de Red Bull, Christian
Horner, que el gran genio aerodinamicista decidió despegarse de
la Fórmula 1.
“Si las normas cambian y empiezan a ser más abiertas y tentadoras, entonces quizás eso le dará ganas de involucrarse más. Está en un punto de su carrera y de su vida en el que disfruta de un par de nuevos retos también. Pero en lo más profundo de su corazón, sigue siendo un competidor muy apasionado por la F1 y todavía es tremendamente competitivo", explicó Horner.
“Si las normas cambian y empiezan a ser más abiertas y tentadoras, entonces quizás eso le dará ganas de involucrarse más. Está en un punto de su carrera y de su vida en el que disfruta de un par de nuevos retos también. Pero en lo más profundo de su corazón, sigue siendo un competidor muy apasionado por la F1 y todavía es tremendamente competitivo", explicó Horner.
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