La Federación Internacional del Automovilismo ha decidido abrir una
investigación en conjunto con la escudería de Woking a fin de establecer los
motivos por el cual el español Fernando Alonso terminó inconsciente, internado
durante tres días, tras haberse pegado contra un muro interno a baja velocidad
tras transitar una curva que demanda la salida del coche hacia afuera.
Las explicaciones que ha dado el equipo hasta el momento no convencen a
nadie, ni al más ingenuo. Por ello considero que la manera que ha tenido la FIA
de intervenir en esta situación es inteligente. Sin necesidad de forzar
cualquier instancia, la Federación prefiere trabajar en conjunto con la
escudería, sirviéndose de la telemetría y de lo grabado por las cámaras del
Circuit de Montmeló.
Seguramente
más de uno habrá criticado el tiempo que tardó la FIA en iniciar esta
investigación, pero hay que tener en cuenta que los entrenamientos de
pretemporada son privados, están organizadas por los equipos en vez de por este
organismo, por lo que la Federación no revisa automáticamente todos los
incidentes que ocurren durante los test, razón por la cual debe contar con la
cooperación de los demás.
“Vamos a observar muy cuidadosamente lo
que pasó. Queremos saber lo que ocurrió, así que
vamos a reunir toda la información que podamos y también a cooperar por
completo con McLaren”, aseguraba en un comunicado la FIA.
Sólo
dos testigos y las cámaras
Hay dos
testigos directos de lo que sucedió. Uno es Jordi Vidal, el fotógrafo que captó
para MARCA la secuencia y Sebastian Vettel. Ninguno de ellos observa un severo
golpe del coche contra la pared, tampoco un descontrol del coche, sino un
movimiento suave e intencionado de apartarse por parte de Alonso.
Pero luego
está el vídeo interno del Circuit, en el que parece que tampoco se aprecia un
primer rebote del coche en el muro, como dice la simulación sin base que
circula por internet. Mucho menos que pise el astroturf (hierba artificial) del
lado izquierdo en la salida de la curva 3 y que eso le encarase hacia la pared
de la derecha. No llegó ni a tocar el piano de la izquierda.
Los datos
más fiables que circulan hablan de 31,5 G de impacto contra el muro, durante 54
milésimas de segundo. No es una gran cifra, comparada con otros accidentes,
pero en este tipo de hechos no hay una tabla comparativa ni una correlación
matemática de intensidad-efecto. No es la primera vez que un golpe
aparentemente normal acaba en lesión o que una entrada intrascendente a un
futbolista se traduce en una retirada de los campos.
No es el caso para Alonso, por supuesto. La casualidad, el ángulo de impacto o cualquier dato nimio puede cambiar el grado en el que la cabeza, la columna o cualquier otra parte del cuerpo se puedan dañar. Afortunadamente, aunque tarde unos días más en regresar, parece que para el bicampeón del mundo no habrá consecuencias en el futuro.
No es el caso para Alonso, por supuesto. La casualidad, el ángulo de impacto o cualquier dato nimio puede cambiar el grado en el que la cabeza, la columna o cualquier otra parte del cuerpo se puedan dañar. Afortunadamente, aunque tarde unos días más en regresar, parece que para el bicampeón del mundo no habrá consecuencias en el futuro.
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