En la parrilla hay dos grupos bien marcados. Están aquellas escuderías encolumnadas
detrás de Red Bull que buscan cualquier posibilidad que les permita acabar con
el dominio abrumador de Mercedes (y los motores Mercedes, claro está). Y están
los equipos justamente alimentados por Mercedes que están encumbrados detrás de
la marca de Stuttgart y que tratan de resistir el mayor tiempo posible el
actual reglamento porque gozan de muy buena salud.
En el medio están los cambios sustanciales que se vienen proponiendo en
las mesas de debate del Grupo de Estrategia para mejorar el espectáculo de la
F1 y recuperar su esencia. Del primer grupito, Red Bull y Ferrari consideran
que estos tendrían que llegar lo antes posible, aunque el equipo italiano lo
propone gradualmente. Mientras que Mercedes (con ellos Williams y Lotus) aseguran
que no habría que apresurarse, porque no siempre pensar en el espectáculo garantiza
el éxito.
Entre
estos cambios sustanciales esta la intención de llevar los motores a los mil
caballos de potencia sin modificar la arquitectura
actual,
hacer los coches más anchos y aumentar drásticamente la medida de las ruedas
traseras recobrando la esencia de los años 70. Hay un consenso general para
esto. Pero Red Bull quiere que se haga inmediatamente, Ferrari sugiere que se
haga en dos fases, McLaren prefiere esperar en lo posible
hasta 2017 (aunque le daría moción a los primeros) y Mercedes retrasarlo todo
lo que se pueda.
Entre los argumentos
que expone Mercedes para rechazar la inclusión de estos cambios sustanciales en
2016, especialmente en el motor, está en que muchas escuderías abandonarían rápidamente
el desarrollo de los monoplazas de 2015, para centrarse en los
del curso siguiente, debido al escaso período de tiempo del cual se dispondría para
integrar el nuevo motor al chasis.
Como
contrapartida, Ferrari
propone que las
modificaciones menos sustanciales se implementen en 2016 y las de mayor trascendencia en 2017. Así las
cosas, tendrían cabida aquellos puntos
donde sí existe uniformidad y que podrían llegar el próximo año
sin generar trastornos:
-Hacer los
coches más anchos, volviendo a la medida de dos metros que existió hasta 1997 y
renunciando a la actual de 1,8, vigente desde 1998.
-Ruedas
traseras más anchas.
Pero Ron
Dennis en representación de McLaren Honda ya sentó su postura: “Si vamos a cambiar la F1, deberíamos
cambiarla de forma radical y, por tanto, deberíamos hacerlo de forma radical
para 2017. Entonces
podría ser asequible. Si tratamos de cambiarla para 2016 las
implicaciones en costes serían enormes”.
Al tiempo
que en Mercedes prefieren esperar y apuntan a la necesidad de realizar una investigación exhaustiva y mucho
más profunda, que permita establecer cuáles son las medidas que la F1 verdaderamente
necesita para recuperar su prestigio. Ya que dudan de que volver al
pasado sea beneficioso en estos momentos.
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