Después de la carrera, que coronó a Kimi Raikkonen como el nuevo campeón del mundo, Ron Dennis denunció ante los comisarios de la FIA una presunta irregularidad en el combustible utilizado por BMW y Sauber.
Sin embargo, el manotazo de ahogado que tiró el jefe de McLaren, para tratar de que Lewis Hamilton gane posiciones y se lleve el mundial, no encontró respuesta en los árbitros de la carrera que decidieron no penalizar a estas escuderías.
La denuncia de McLaren se centraba en una violación en la temperatura del combustible, la cuál según Dennis, sería menor al límite de diez grados por debajo de la temperatura ambiente, de manera que el líquido se congelaría para favorecer el rendimiento de los motores. Motivo por el cual si los pilotos hubieran sido sancionados, el niño mimado habría recuperado tres puestos, el sexto de Heidfeld, el quinto de Kubica y el cuarto de Rosberg y se habría proclamado campeón.
Ante la negativa de la autoridad de la carrera, la escudería de Woking notificó a la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) su intención de recurrir este veredicto, apelación que primero tendrá que ser aceptada por el tribunal y en el caso que fuera aceptada, otórgasele una fecha.
Ante la negativa de la autoridad de la carrera, la escudería de Woking notificó a la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) su intención de recurrir este veredicto, apelación que primero tendrá que ser aceptada por el tribunal y en el caso que fuera aceptada, otórgasele una fecha.
Fuentes: BBC, Diario Marca, McLaren, FIA
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