El dinero provendría de un pago que tenía que realizar Ramón Carabante, el propietario del equipo español, a un empresario murciano llamado Trinitario Casanova, hombre al que le compró en 2008 el 'holding' inmobiliario Grupo Hispania y que da nombre a la escudería.
La historia brevemente resumida es así: la venta del Grupo Hispania fue tasada en 100 millones de euros, de los que la mitad fue abonada en efectivo por Carabante en el momento de la compra (julio de 2008). Los 50 millones restantes, Carabante debía abonarlos mediante la suscripción de pagarés a través de determinadas entidades bancarias y bajo un sistema de plazos. Pero poco tiempo después de haber realizado el primer pago en efectivo, Carabante denunció la existencia de pasivos ocultos y deudas con Hacienda y otras sociedades. Por lo que decidió paralizar el pago de los 50 millones restantes y llevar el caso ante arbitraje.
Y tras la comparecencia de las partes implicadas, la Corte Civil y Mercantil de Arbitraje (CIMA) de Madrid ha emitido un laudo arbitral en el que da la razón a Carabante y exime al presidente de la escudería Hispania de abonar la cantidad total de esa deuda valorada en 15 millones de euros, debiendo abonar solamente 35 millones de euros de los 50 previstos.
Ahora bien, se lo ha escuchado decir a Carabante que esa cantidad de dinero "daría un par de segundos al monoplaza", el cual se encuentra en proceso de fabricación. De manera que en breve el equipo español podría estar dando pasos importantes en la construcción de su monoplaza.
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