A pesar de que los jefes de casi todas las escuderías se jactan de que han reducido su presupuesto en más de la mitad, en comparación con hace cuatro temporadas. Otros que han sido propietarios, no hace mucho tiempo, ven una realidad muy diferente.
Es el caso de Gerhard Berger, el ex piloto austriaco, que supo ser director deportivo adjunto de BMW Motorsport hasta el año 2003 y que luego le compró la mitad del equipo Toro Rosso a su amigo Dietrich Mateschitz, para administrarlo hasta fines de la temporada 2008, año en el que el equipo obtuvo una victoria histórica con el entonces principiante Sebastian Vettel.
Según aprecia Berger, al ser consultado si existía alguna posibilidad de que volviera a la F1 como propietario, “con las condiciones actuales de la Fórmula 1, no hay oportunidad”.
“No sé si me lo puedo permitir. El deporte se ha vuelto demasiado caro y no se encuentra el dinero necesario para hacer un buen trabajo en el mercado abierto”. Y una pauta de esto es la cantidad de butacas pagas que han ganado lugar en la F1.
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