8 de julio de 2015

Le hizo sombra a la lluvia


La verdad que me dejo sin defensas, sin argumentos. Tengo que reconocer que Lewis Hamilton ganó claramente, con contundencia, pero sobre todo por acierto, porque eligió el momento adecuado, cuando el resto de sus rivales no, y eso es irrefutable.

Estoy ciento por ciento seguro que de no haber ganado, otros hubieran sido sus gestos en el podio y hubiéramos tenido la segunda parte de su versión de Mónaco. Pero no fue así, esta vez eligió y acertó. Lo que significa que esta vez el acierto fue de él, y en Mónaco el error fue del equipo…

Pero bueno… no me quiero ir para otro lado, a ver si hiero susceptibilidades. La realidad es que fue tan exacto, tan preciso, que su compañero Nico Rosberg, hombre gentil y respetuoso de las formas, del protocolo, acusó el golpe con gestos adustos, con mira perdida hacia abajo a un costado, reconociendo que se sintió ganador por unos segundos hasta que se dio cuenta que lo que tenía que asumir era la derrota.


“Ha sido una carrera muy dura. Estaba empujando muy fuerte para intentar alcanzar a Lewis con estas condiciones difíciles, pero él tomó la decisión adecuada en el momento de entrar en boxes y ahí fue donde lo perdí”, ha reconocido Nico el germano, tras comentar primero que al detenerse su compañero pensaba que se había equivocado.

Es cierto que el equipo Williams le hizo la vida fácil al británico, que la mala gestión de sus pilotos fue tan pésima que los llevo al fracaso no una sino dos veces. Cuando marchaban en seco luego de una increíble y letal largada que los posicionó adelante con ambos coches. Con un Massa iluminado, pero un Bottas mucho más rápido que fue frenado cuando se podría haber escapado tranquilamente. Y cuando luego de haber desechado esta oportunidad la lluvia les dio otra y se durmieron de nuevo, tardando más de lo debido. Si al menos se hubieran jugado con uno de los dos, tal vez hoy el moreno no se estuviera achacando el éxito que antes considero error del equipo.

Porque no hay que olvidar que tras el primer relanzamiento de la carrera, Hamilton fue por la posición de Massa y terminó perdiendo también con Bottas, siendo que luego en carrera ambos se les pusieron insuperables. Pero Williams nunca entendió que tenían que soltar la liebre, que estaban conteniendo a un Bottas que rodaba un segundo más rápido detrás de su compañero, el cual de haber pasado al frente con otra estrategia hubiera esperado a la lluvia de canto. Por el contrario, decidieron mantener la jerarquía de Massa que rodaba con neumáticos más desgastados, lo que le bastó a Mercedes con adelantar la parada del moreno.


Siendo que luego, cuando se largó la lluvia, las cartas se dieron de nuevo y Williams dejo pasar el comodín. Vettel que estaba lejos de los motorizados Mercedes, aprovecho la posibilidad y se metió en el podio dejando atrás a los muchachos de Martini que permanecieron bastante tiempo rodando en mojado antes de poner los intermedios.
Pero bueno, la carrera se dio así y en parte se lo debemos a Silverstone, a este maravilloso circuito, tan salido de los formatos actuales, como Spa, Suzuka o Monza, con su clima tan repentino y cambiante que da garantías de espectáculo.

Tan generoso es este circuito para con los grandes pilotos y las flacas posibilidades, que Fernando Alonso habiendo realizado una parada extra en la primera vuelta tras tocarse con su compañero, se terminó llevando un punto horas después que había invitado a sus aficionados a apagar la tele hasta el año que viene.

En fin… se puede decir que Lewis le hizo sombra a la lluvia y no por su color de piel, sino porque se anticipó al golpe de las condiciones meteorológicas, un golpe que llega en el momento justo cuando su compañero Nico Rosberg estaba creciendo psicológicamente y que puede marcar el rumbo del campeonato, pues hay un dato que no se puede pasar por alto  es que Hamilton logró su tercera victoria en Silverstone, siendo las anteriores la de 2008 y el año pasado.

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