“Me llamaron y me dijeron que el asiento
no sería para mí, que sería para Max. Veían en él una oportunidad única, el nuevo
Ayrton Senna, y no lo podían dejar escapar. Me dijeron que lo sentían mucho, que
yo lo estaba haciendo perfecto, pero que lo tenían que coger”, esta fue acaso
la revelación más jugosa que realizó el
piloto español en el
programa Al Rincón de Pensar de Antena 3, donde le hicieron una extensa
entrevista en la que repasó como se dio su llegada a la F1 cuando ya no lo
esperaba.
El madrileño ha reconocido que casi se
queda afuera del programa de jóvenes pilotos de Red Bull, luego de haber tenido
flojas temporadas en 2012 y 2013, hasta el punto que antes de que empezara el
Campeonato de 2014 de las World Series me dijeron: “Este año es tu última
oportunidad, tu último año de contrato. Tienes que ganar”.
Por suerte para el español, más que el
apellido ha tenido que ver su cambio de mentalidad, porque tras esta alerta
modificó su forma de encarar las carreras y maduro en su forma de conducción,
hasta el punto que logró cinco triunfos de los primeros diez posibles.
“Yo
llevaba cinco años en el Red Bull Junior Team. Empecé bastante
bien, con dos años bastante buenos que gustaron a mis jefes. Luego pasé
por dos años más complicados en los que gané menos carreras y cometí más
errores, no cumplí todas las expectativas. Estuvieron muy cerca
de echarme, y cuando dejas de contar con un patrocinador como Red Bull te
puedes ir despidiendo de un sueño como la Fórmula 1”, reconocía el piloto
español.”
“Así que cambié por completo una serie
de cosas, me rehíce un poco. Cambié de actitud. Suponía que tenía el talento,
pero me dije que para ser un campeón tenía que tener actitud de campeón, quizá
me faltaba ese puntito. Finalmente el año pasado gané las World Series by
Renault y gracias a ese campeonato me llegó la oportunidad”.
“Yo tenía cero posibilidades de llegar a
la Fórmula 1 y de repente empezaron a abrirse puertas, todo se puso en su sitio
y en
cuestión de horas pasé de no saber qué hacer con mi futuro a que te llamen por
teléfono, te metan en una reunión y te digan que eres piloto de Fórmula 1”.
Pero
antes de asegurarse la segunda butaca tuvo que pasar un muy mal trago. Porque
cuando más se estaba esforzando en el campeonato de las World Series Renault,
recibió el mensaje más duro.
“Antes de que empezara el Campeonato me
dijeron: 'Este año es tu última oportunidad, tu último año de contrato. Tienes
que ganar'. Incluso sabiendo que tenía que ganar, sabía que eso no sería
suficiente, que tenía que hacerlo especialmente bien para sorprenderle. Hasta
Spa-Francorchamps había conseguido cuatro o cinco victorias de 10 posibles, con
Poles y de todo. Y en verano de repente me llamaron y me dijeron que el asiento
no sería para mí, que sería para Max Verstappen. Veían en él una oportunidad única, el nuevo Ayrton Senna, y no lo
podían dejar escapar.
Me dijeron que lo sentían mucho, que yo lo estaba haciendo perfecto, pero que
lo tenían que coger”.
"La única duda que tengo es cuánto importa el
márketing en la Fórmula 1.
No sé cuánto pudo influir, porque cuando luego llegas y te mides contra él, ves
que es un tipo muy bueno. Para ganarle he tenido que sacar lo máximo de mí. A
nivel mental estamos muy igualados, pero en la Fórmula 1 hay muy poca
diferencia en cuanto a talento. Si pusiéramos a todos los pilotos en el mismo
monoplaza, quizá habría cinco décimas de segundo de diferencia entre el primero
y el último".
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