Ya no lo vamos a ver más, quedará para siempre ese número en
las memorias de nuestras retinas. Ya no estará más en la grilla, pero lo
tendremos tatuado en la memoria.
Hubiera preferido que retiraran esa grúa a tiempo antes que
el número 17, creo que todo lo hubiéramos preferido, pero creo que la FIA ha
tenido cierto dilay en algunas cuestiones de seguridad y con el tiempo espero
que la partida de Jules haya servido para doblegar, triplicar, o cuadriplicar
la eficacia de 21 años sin ver la misma foto.
Porque por más que sea un deporte de riesgo, como escucho a
menudo de ciertos superados que lo ven muy fácil desde la comodidad de un
sillón. Por más que se haya tratado de una sucesión de hechos desafortunados
como lo determinó la Federación en su investigación, no creo que haya imágenes
más desgarradoras para la F1 que las que vimos desde distintos cuadros en el
día de hoy en la Catedral Sainte Réparate de la ciudad de Niza.
Entiendo el trabajo de los medios pero prefiero no seguir reproduciéndolas.
Tampoco haré eco de lo que pudo haber sido y no fue. Me quedo con lo que hizo
hasta ese fin de semana de Japón y las imágenes que veremos seguramente en
Hungría, porque será la última vez, que veremos el 17.-
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