Había que
cumplir con las horas de transmisión, respetar los derechos televisivos. Quien sigue
la F1 desde cerca, sabíamos muy bien que cualquier servicio meteorológico local
daba pronósticos por demás de desfavorables, para ayer, y aún más para hoy al
momento de la clasificación.
Milagrosamente
encontraron una ventana dentro del temporal y alcanzaron a rodar más de media
hora correspondiente a la tercera sesión, para abrir paraguas por si mañana
tampoco se puede clasificar y hay que largar directamente la carrera. Dado el
caso, la grilla se formara por el orden en que terminaron clasificados en esa
tercera sesión. Pero a medida que se acercara el horario de la qualy sabían muy
bien que la lluvia se iba ir acrecentando y así fue.
Estoy convencido
que desde el primer momento tenían decidido no llevar a cabo la clasificación. Pero
Bernie no iba a descuidar su circo y durante más de tres horas, fue estirando de
a media hora la decisión final de la carrera de posponer la clasificación para
el día de mañana a las 09.00 horas local, 11 de argentina, 15 de España.
Como entretenimiento,
tuvimos a Daniel Ricciardo y Daniil Kvyat bailando bajo la lluvia, juego de
bolos con latitas de Red Bull, a Carlos Sainz y Jos Verstappen jugando a emular
a sus hijos sentándose en sus respectivos Toro Rosso. A mecánicos de Williams, Sauber y Lotus jugando a hacer remo. Y más de una vez a los
pilotos saliendo al frente del pit para saludar a los fanáticos como yo que me
hubiera mojado todo el día con tal de no perder de vista un F1.
Había que
pasar las horas de transmisión y Bernie lo hizo mostrándonos el lado divertido
del box que muy pocas veces vemos y siempre a cuentagotas.
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