La marca italiana ha llegado a un
acuerdo comercial con Bernie Ecclestone para continuar siendo el único
proveedor de neumáticos de la máxima categoría.
Y la verdad que se lo tiene merecido,
porque no han trabajado en función de un equipo, sino en función de la
categoría, de lo que se les ha pedido para favorecer al espectáculo. La F1 ha
pasado por diferentes etapas, por diferentes crisis, y esta es la peor, en la
que las restricciones se han vuelto el pináculo de la categoría, poniéndose
especial énfasis en los simuladores y los CFD.
Uno recuerda la década de los 90 con
Goodyear en plena libertad, rememora la década del 2000 con la guerra de
neumáticos entre Bridgestone y Michelin, y cuesta creer que estemos pasando por
esto. La máxima categoría ha iniciado un frustrado camino en pos de la
reducción de gastos, que termino siendo reducción de desarrollo, de ingeniería,
de potencia, de diseños, de trabajo, menos de presupuestos.
Si nos ponemos a contar la cantidad de
neumáticos que Pirelli puso en pista desde su primer día como suministrador al
día de la fecha, que sólo tengamos en mente las citas de Silverstone 2013 y Spa
2015 habla bien del trabajo que han realizado con tan pocos tests y Bernie les
está reconociendo esta contribución.
Pirelli ha prescindido de su filosofía
para satisfacer las demandas de la categoría, y Bernie también lo tuvo muy en
cuenta. A fin y al cabo, si hay un solo proveedor de neumáticos, tiene que ser
imparcial y no sucumbir ante la presión de las escuderías más grandes. Durante
la década del 90 Goodyear acostumbraba a realizar tres desarrollos de sus
neumáticos a lo largo de la temporada, uno para Williams, entonces McLaren se
quejaba y el segundo lo destinaban a McLaren. Entonces Ferrari reclamaba y el
último desarrollo iba para Ferrari.
Luego pasamos a la década del 2000 en el
que estábamos acostumbrados a ver como Bridgestone trabaja específicamente con
Ferrari. Entonces llego Michelin que trabajo puntualmente con McLaren y Renault
y le puso pimienta a la F1. Los franceses a fin de cuentas se dieron cuenta que
su filosofía de competición no era lo que exigía la F1 y terminaron yéndose del
mundial por la ventana, dejando a Bridgestone como único proveedor hasta que le
cedió el lugar a Pirelli. Desde entonces Pirelli no hace neumáticos ni para
uno, ni para el otro. Simplemente pone el producto en la pista que se le exige
y que cada equipo se adapte a él como pueda. Los valores de cada compuesto son
los mismos para todos, la diferencia la hizo el que tuvo mejor aerodinámica
hasta 2013, y el que tiene mejor motor a partir de 2014.
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