La Scudería encontró el camino del
desarrollo, encontró una luz al final del túnel. Se trabaja de otra manera, con
otra creatividad, con otras ideas, con otros desafíos. Nada tiene que ver el
plantel de ingeniería que han formado en estos últimos doce meses, con el que
acompañó a Fernando Alonso en el último lustro.
Silenciosamente Ferrari fue robando
cerebros, se llevó dos de Mercedes que muy bien conocían la parte electrónica
de estos motores híbridos, se trajo algunos ingenieros de Red Bull que muy bien
conocía Sebastian Vettel y se encolumnaron detrás de James Allison que tiene
muy en claro cómo hacer coches ganadores.
Y
habiendo formado tamaño plantel ya trabaja de lleno en el chasis de 2016 pero
con un ojo en el reglamento que se está formando para 2017.
“Internamente ahora siempre estoy diciendo:
'No tenemos a la Scuderia trabajando para el año 2015, sino que tenemos a una
'Squadretta'. La
mayoría del equipo ya está trabajando en el coche de 2016. Y, además, hay otro grupo que está
trabajando ya en el monoplaza de 2017. Así que estamos bien posicionados para
el futuro”, explicaba el italiano.
En cuanto a lo que resta de esta
temporada, se rumoreaba la posibilidad de que Ferrari utilizara sus últimos
tokens para la próxima carrera de Austin, con el estreno de su quinta unidad de
potencia, ya que el mundial casi está decidido en favor de Lewis Hamilton,
quien justamente ya puede coronarse como tricampeón en Estados Unidos. Pero Maurizio, no quiso pronunciarse
al respecto: “Se los diré cuando estemos en Austin”.
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